El consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, ha avanzado que el próximo curso 4 colegios públicos de la provincia (CEIP Al-Ándalus, Fray Albino, Mediterráneo y Europa) más dispondrán de cocina ‘in situ” en los comedores escolares. De esta manera, las empresas encargadas de este servicio complementario podrán cocinar en los propios centros educativos. Este programa piloto de transformación de comedores escolares a “cocinas in situ” se une a otras iniciativas impulsadas por la Consejería para atender esta demanda de las familias.
El consejero ha explicado que los técnicos de la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE) han visitado 166 comedores de las ocho provincias andaluzas, de los cuales se han propuesto 75 centros docentes para que salgan a licitación antes de que finalice el curso escolar con el objetivo de que las instalaciones estén preparadas para el comienzo del nuevo curso 2020/21. Los requisitos para la elección de estos 75 centros es que tengan al menos 150 comensales y que dispongan de un espacio de “office” de al menos 30 metros cuadrados para la instalación del nuevo equipamiento para elaborar las comidas.
A esta licitación, ha aclarado Imbroda, podrá concurrir cualquier entidad que cumpla los criterios de solvencia y de habilitación empresarial. El concurso prevé 75 lotes, tantos como comedores, para propiciar la licitación de pequeños operadores. Asimismo, el promedio de inversión por centro es de 50.000 euros, que correrá a cargo del contratista y dispondrá de un plazo de cinco años de contrato para poder amortizarla. Estos 75 comedores escolares se suman a los 423 que ya funcionan con cocina “in situ” en los centros públicos de Andalucía, de un total de 1.994.
Medidas para mejorar el servicio de comedor
El consejero ha recordado que el pasado mes de junio aprobó el Consejo de Gobierno la modificación de los pliegos de contratación del servicio de comedor escolar para introducir nuevos requisitos que faciliten la participación de empresas de carácter local y entidades más pequeñas, además, de favorecer una mayor utilización de productos locales en la elaboración de los menús.
Los nuevos requisitos también contemplan la puesta en marcha de un programa de seguimiento y rechazo de menús con objeto de identificar qué platos no son aceptados por el alumnado e intentar detectar las causas (temperatura, presentación, textura, receta…) para implantar las medidas correctoras oportunas.