viernes. 19.04.2024

8 meses sin de empleo y sueldo para el profesor de Asturias que calificaba con 10 a todos sus alumnos

  • La Consejería de Educación del Principado de Asturias ha sancionado a este docente de francés con ocho meses de suspensión de empleo y sueldo
  • Él piensa que las materias no se aprenden realmente por meter presión a los jóvenes con exámenes y suspensos, sino que se consigue creando un buen ambiente y una implicación de todos con todos.
  • Dice que él evalúa por esfuerzo, no por las pruebas, y opina que allí todos se esfuerzan lo suficiente para merecerse la máxima nota.
Yván Pozuelo. Fuente: Twitter
Yván Pozuelo. Fuente: Twitter

Yván Pozuelo, 47 años, nacido en Gijón, pero criado en París, solo califica con un 10 a sus alumnos. Profesor de francés en un instituto de Gijón, jamás utiliza un libro de texto. Desde hace años solamente trabaja por proyectos. Un método que, según él, le hace descubrir en los alumnos todo el potencial que no pueden demostrar cuando hacen un examen escrito u oral.

Sin embargo, esto de poner 10 a toda la clase, la Administración no lo entiende. En 2019 la inspección educativa le abrió una información reservada por calificar a todos sus alumnos con la misma nota, 10, "independientemente de su dedicación, esfuerzo y rendimiento, atentando contra el derecho del alumnado a la evaluación objetiva". Finalmente, la Consejería de Educación del Principado de Asturias le ha sancionado con ocho meses de suspensión de empleo y sueldo. Él ha recurrido y sigue por ahora trabajando, aunque la sanción podrían hacerse efectiva en 15 días. "Hay profesores con delitos graves que nunca se les han impuesto esta pena administrativa", asegura Pozuelo.

Su forma de dar clase no es la tradicional. "Propongo a mis alumnos un tema general, como los refugiados, el exilio, el amor romántico o la Primera Guerra Mundial. A partir de ahí montamos actividades para trabajar con otros institutos y otros alumnos de otros países y elaboramos materiales que diseñan los propios alumnos. Y cuando uno diseña su propio aprendizaje, está mucho más motivado que si viene impuesto por un libro texto que no tiene nada que ver con su contexto", explica.

A todos ellos, "a todos los que se lo trabajan", les pone la máxima nota. "Aunque siempre hay excepciones, como algún alumno que no viene a clase o ha tenido que parar sus estudios por problemas familiares y por desgracia no consigue el 10", justifica.

Cumplimiento con la ley

Trabajar por proyectos le permite una atención individualizada a sus alumnos. "Si progresan, están cumpliendo con lo que yo quiero y quiere la ley. Por lo tanto, se merecen un 10", justifica. "Al final de un año, un alumno ha hecho un montón de actividades y se han dado diferentes instrumentos para evaluarle. ¿Cómo es posible que todo eso no sume para llegar a un 10?", se pregunta.

Este profesor de francés ha conseguido, asegura, que en sus clases el ambiente sea de estudio y de trabajo. "Llevo años dando clase con tranquilidad. Ningún alumno quiere romper la dinámica. Tengo autoridad absoluta gracias a este sistema y no a los gritos, ni a la amenaza de las notas. No es verdad eso de que la letra con sangre o con nota entra. La letra entra con un buen ambiente, por trabajar todos juntos y en confianza, estando a la vera del alumno, y ayudándole", cuenta.

Pozuelo asegura que desde hace 15 años, a partir de la LOE (ley aprobada en 2006 por el Gobierno de Zapatero) lo que se busca no son enseñanzas máximas, sino básicas. "Ese 10 es para una enseñanza básica. Las enseñanzas máximas están en la Universidad no en la ESO", señala.

Por eso, sus dieces, dice, no son los dieces de antes, "esos que estaban basados en que había que sabérselo todo". "Son dieces sobre competencias clave. Creo que se me tiene que respetar que intente aplicar la ley, no pueden ni amedrentarme ni hostigarme", asegura.

"Ellos quieren que se esfuercen solo unos pocos y yo, que se esfuercen y trabajen todos. Yo exijo a mis alumnos como el que más. Están hartos de trabajar. Pero lo hacen con confianza y sin estrés". Y añade: "Yo sí valoro el esfuerzo. Pero, ¿qué pasa? ¿Solo se puede valorar el esfuerzo de los que pueden ir a academias particulares o de los que tienen profesores particulares y bibliotecas en sus casas y sus padres son profesores, médicos o ingenieros? ¿Ese es el esfuerzo que hay que valorar, el de los padres? Yo solo evalúo el esfuerzo que se hace en el aula. Y ahí todos se esfuerzan. Ahí está el truco".

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