lunes. 28.04.2025

Con Estados Unidos girando su política exterior y económica hacia una senda más proteccionista bajo el liderazgo de Donald Trump, la Unión Europea se ve obligada a redefinir sus alianzas estratégicas. Ante este nuevo escenario global, marcado por la incertidumbre y el auge del nacionalismo económico, Bruselas busca reforzar lazos con actores clave como India, Japón, Reino Unido, China o incluso Turquía, apostando por una política exterior más práctica, firme y diversificada.

India: la nueva joya de la corona europea

La India se ha convertido en el objetivo prioritario para Bruselas en términos comerciales. En 2023, el intercambio de bienes entre ambas potencias ascendió a 100.000 millones de euros, con un notable crecimiento de las exportaciones europeas (60.000 millones). Productos como maquinaria, automóviles, químicos o dispositivos electrónicos lideran esta expansión. La UE confía en cerrar un acuerdo de libre comercio con Nueva Delhi antes de que termine el año. La importancia estratégica es tal que la Comisión Europea celebró recientemente un colegio de comisarios en suelo indio para escenificar la apuesta por el gigante asiático.

China: socio incómodo pero imprescindible

Pese a las tensiones, Bruselas no puede prescindir de China. En 2023, el volumen comercial entre ambos alcanzó los 695.500 millones de euros, aunque con una balanza claramente desequilibrada: la UE exportó productos por valor de 268.500 millones, mientras que importó 427.000 millones, generando un déficit comercial de casi 160.000 millones. Aunque la cooperación en sectores como la transición verde o la digitalización sigue siendo clave, las diferencias políticas –desde derechos humanos hasta el fallido Acuerdo de Inversiones– ensombrecen la relación. La estrategia de Bruselas pasa por una política dual: cooperación donde sea útil y firmeza donde sea necesario.

España y el equilibrio con China

España, por su parte, apuesta por una relación bilateral más intensa con China. El viaje del presidente Pedro Sánchez a Pekín esta semana confirma la intención del Gobierno de fortalecer los lazos con el gigante asiático, especialmente en sectores como energías renovables y movilidad eléctrica. Empresas como Envision ya han establecido centros operativos en Madrid con proyectos vinculados a la energía verde. Esta visión más pragmática, también compartida por Italia, contrasta con la cautela de Bruselas y el recelo de aliados como la OTAN o Estados Unidos.

Japón y Suiza, socios fiables en tiempos de cambio

En un contexto de búsqueda de estabilidad, Japón y Suiza emergen como aliados comerciales sólidos. Con el país nipón, la UE movió 125.000 millones en bienes en 2023, destacando sectores como automoción, electrónica y farmacéutica. En cuanto a Suiza, aunque fuera del club comunitario, mantiene una relación privilegiada con la UE gracias a numerosos acuerdos bilaterales. El comercio bilateral alcanzó los 290.000 millones de euros, con un equilibrio casi perfecto entre exportaciones e importaciones. Farmacéuticos, relojería y servicios financieros son los pilares de esta estrecha relación.

Reino Unido: más cerca de lo que parece

A pesar del Brexit, el vínculo económico entre la UE y Reino Unido permanece firme. El año pasado, el comercio de bienes alcanzó los 530.000 millones de euros. Londres sigue siendo el segundo socio comercial para varios países del bloque. No obstante, nuevos controles aduaneros y divergencias regulatorias han afectado ligeramente las exportaciones europeas, que cayeron un 2,7% respecto a 2022. Aun así, las cifras reflejan una interdependencia económica que ni la política ha logrado romper del todo.

Turquía y Noruega: aliados por geografía y energía

Más allá de los grandes bloques, Bruselas refuerza su estrategia con aliados cercanos. Turquía, candidato a la adhesión desde hace décadas, es también una potencia comercial relevante para la UE. En 2023, el comercio bilateral superó los 185.000 millones de euros. La geolocalización estratégica de Turquía, en la intersección entre Europa y Asia, la convierte en un socio geopolítico de primer nivel.

Por otro lado, Noruega, integrante del Espacio Económico Europeo, mantiene fuertes lazos comerciales con la UE, especialmente en el ámbito energético. En 2023, el comercio entre ambos sumó 130.000 millones de euros, con un protagonismo especial del gas, el petróleo, los productos pesqueros y los metales.

España y la UE ante el viraje de EE.UU.

Para España, el giro de Washington no representa una amenaza inmediata, ya que no es de los países más afectados por los aranceles anunciados por Trump. No obstante, el contexto obliga a redefinir alianzas. Daniel Gil, analista de The Political Room, señala que "Trump puede cambiar los aranceles mañana, por lo que no hay que tomar decisiones en caliente, pero sí prepararse para escenarios impredecibles". Según Gil, acuerdos como el de la India pueden ser claves tanto para Europa como para España.

Una Unión Europea más autónoma y pragmática

Fuentes comunitarias apuntan a una transformación en la política exterior europea: más asertiva, más práctica y más clara. La pérdida del respaldo automático de Estados Unidos obliga a la UE a actuar como un actor global por derecho propio. En este tablero redibujado, la autonomía estratégica europea ya no es un deseo: es una necesidad.

Europa redibuja su estrategia comercial global en un mundo sin EEUU