jueves. 28.03.2024

Xavi y el Barcelona llegaron a Frankfurt con un plan equivocado de partido. Subestimar al rival en el futbol es un gran error, a pesar que este se trate del noveno clasificado en la liga alemana. El Eintrach es un equipo muy físico y peligroso en las contras por su gran velocidad en las transiciones defensa ataque, además de ser muy solidos en facetas defensivas. Los alemanes fueron los últimos capaces de vencer en campeonato doméstico al Bayern de Münich, así que algo buenos serían.

Xavi se reservó cartas, no salió con todo desde un principio. Dejó tanto a Dembelé como a Frenkie de Jong, los dos jugadores en mejor estado de forma del Barcelona, en el banquillo, quizás pensando en el milagro liguero para intentar alcanzar al Real Madrid de aquí al final de la travesía, pero ya saben el refrán, quien mucho abarca, poco aprieta, y el Eintrach es un equipo conocido por apretar mucho.

Los alemanes salieron al campo como bestias que querían devorar al Barcelona, mientras que los hombres de Xavi les dejaron jugar, no salieron a presionar como habitualmente han hecho en los mejores partidos de la temporada, atosigando la salida del balón rival. El Eintrach creaba como le apetecía y eso sumado a la velocidad de los de arriba hizo que la primera parte para el Barcelona fuera un suplicio. Un muy mal primer tiempo donde el Eintrach perdonó de cara a puerta de Ter Stegen acusando lo único que le falta al noveno clasificado de la Bundesliga, el gol. El Barcelona tenía mayor posesión, por algunos momentos, pero no la aprovechaba para crear peligro.

La falta de creatividad culé se notaba cuando la mayoría de jugadas acababan en centros sin coherencia con un Pedri desaparecido cuando juega por la derecha, de la misma manera que Aubameyang no tuvo su mejor día. El único que parecía intentar algo diferente era Adama Traoré, una de las sorpresas en el once inicial. Con algún slalon creaba peligro momentaneo, pero tenía muy difícil entrar en la rocosa fortaleza del Eintrach. La primera parte acabó con el Barcelona agradeciendo a Dios el 0-0 del marcador.

0-0 que no duraría mucho al comienzo de la segunda parte, pues en lo que sería uno de los mejores goles de todo el campeonato de la Europa League, Knauff sacó una baja volea de zurda tras un rechace, que se coló violentamente en la escuadra izquierda de Ter Stegen dando así el merecido primer gol a los alemanes. Un gol que activaba a Xavi en el banquillo, el cual no quería admitir que se había equivocado con la alineación. Tuvo que pasar gran parte de la segunda mitad con el Barcelona solo habiendo tirado 4 veces, para que Xavi sacase la artillería.

Entraron desde el banquillo Frenkie de Jong y Dembelé, y minutos más tarde, en casi su primera aparición el extremo francés condujo rompiendo líneas para habilitar al holandés, que realizó en la frontal del área una espectacular pared con Ferrán Torres, para luego volver a hacerla dentro del área y que el delantero español, con un golpeo suave y colocado con pierna derecha colocase el definitivo empate en el luminoso.

El Barcelona empezó a controlar mejor el partido y aún más cuando a falta de casi 15 minutos el Eintrach se queda con uno menos en el campo por una doble amarilla. Pero el Barcelona gestionó mal la superioridad. No fue incisivo a pesar de tener un hombre más sobre el campo, quiso controlar el balón y no atacaba, cuando incluso el Eintrach salía como gacelas al ataque cuando robaban el balón. Así, con el Barcelona demostrando que la posesión no es suficiente para ganar un partido en Europa, dejando por suerte para ellos todo por jugarse en el Camp Nou a pesar de poder haber recibido hasta 4 goles.

La Xavineta se queda sin gasolina ante el Eintrach de Frankfurt