viernes. 19.04.2024

Todo lo malo que tenía que ocurrir para que el F.C Barcelona no pasase de la fase de grupos de la Champions League, lamentablemente, se dio la noche de ayer con los dos malos resultados para los intereses culés. El Benfica ganó en Portugal ante un Dynamo de Kiev que no se jugaba nada en la última jornada. Este resultado dejaba al Barcelona con la necesidad de vencer en Münich.

El conjunto bávaro salió algo dormido al encuentro y los de Xavi se plantaron en el césped con una alineación y estrategia sorpresiva. Con Dembelé por la izquierda y Araujo de lateral derecho, adelantando a Dest al puesto de extremo. Los de Xavi dominaron los 20 primeros minutos, presionaban con intensidad la salida del balón de los alemanes y les ponían en problemas luchando todos los duelos.

Pero esto va de ocasiones, y en 20 minutos de dominio que tuvo el Barcelona, los culés no crearon peligro real sobre la portería de Neuer, más allá de algún balón en largo que el portero alemán tuviese que lanzar debido a la presión. Parecía que el Barcelona no sería capaz de aguantar ese ritmo los 45 minutos de primer periodo, y el Bayern lo sabía. Para más inri, el Barcelona perdía en el minuto 25 a Jordi Alba que, debido a una lesión, tenía que abandonar el campo.

Después de la entrada de Mingueza, los alemanes comenzaron a sentirse más cómodos en la salida del balón. Los hombres de Nagelsmann comenzaron a salir al ataque, y en la primera jugada ya pudieron adelantarse en el marcador, de no ser por la salvadora mano de Ter Stegen que lanzándose al suelo le quitaba de los pies a Lewandoski el primero de la noche. Los alemanes continuaban apretando y al Barcelona se le veían las costuras. En una jugada tras saltar la primera línea de presión llegaría el primer tanto y punto de inflexión para el partido. Levandoski se quedaba en un 1 contra 1 con Piqué, al que regateó sin muchos problemas para poner un balón bombeado al área. Müller se alzó más que Mingueza y Lenglet cabezeando el balón que no pudo salvar Araujo bajo palos.

Los alemanes iban una marcha por delante. Tanto Coman, como Davies y Sané ganaban todos los duelos individuales y pasaban volando por las bandas como aviones. El segundo gol llegaría en una jugada de Coman por banda derecha, Mingueza no pudo parar al extremo alemán que puso el balón a la frontal para que Sané, con un zurdazo potente, batiese a un poco acertado Ter Stegen.

El partido parecía ya perdido con el 2-0 en el marcador al descanso, resultado que se repetía en Portugal para desgracia de los culés, dando el pase al Benfica. El Bayern salió con el mismo punto de intensidad a la segunda parte, mientras que el Barcelona aún trataba de levantarse del golpe. Los de Xavi carecían de ideas ante un conjunto bávaro que les superaba en todos los aspectos del juego. Dembelé quedó disuelto, Memphis acabó el partido tocado y con mala actitud a pesar de ir perdiendo. El Bayern olía la sangre y quería más castigo para los blaugranas y lo encontró. En una genial jugada por banda izquierda, Davies dejó atrás a Araujo para enviar desde la línea de fondo un pase de la muerte a Musiala, que solo tuvo que empujarla.

El Barcelona estaba destrozado y solo pudo pensar en el partido de este fin de semana ante el Osasuna cambiando a Dembelé y a Frenkie de Jong. La eliminación era ya un hecho, pues el resultado en Portugal no cambiaba y el Bayern rotaba dando descanso a sus hombres en señal de paz, quitando hasta a Lewandoski del campo. De esta manera el Barcelona cae eliminado de la Champions League y jugará la eliminatoria de 16avos de Europa League contra alguno de los segundos de grupo de la competición que disputará también el Sevilla.

Los blaugrana no jugaban dicha competición desde la temporada 2003/2004. Este año, el Barcelona jugará los jueves para la tristeza de todos sus aficionados, unos aficionados que a cada partido que pasa confían cada vez menos en el famoso efecto Xavi, al que algunos ya tildan de "defecto".

Tocado y hundido: El Bayern Múnich manda al Barcelona a la Europa League