jueves. 28.03.2024

Dicen que nunca se rinde es uno de los lemas que suena en el himno del Sevilla cantado por todo el Sánchez Pizjuán, y puede ser cierto, pero esta noche, los de Lopetegui tenían a un equipo aun más cabezota y orgulloso que ellos si puede. El Real Madrid de Carlo Ancelotti que, una vez más, remonta lo que para muchos sería imposible para llevarse tres puntos importantísimos.

En un partido que, los de Carlo Ancelotti comenzaban perdiendo por dos goles a cero, con una inconmensurable primera parte del Sevilla. Los de Lopetegui no dejaron que los blancos dispararan ni una sola vez entre los tres palos de Bono, presionando durísimamente la salida del balón de los merengues, ocasionando muchas pérdidas impropias de la calidad de los de la capital. Una primera parte que recordaba al partido de ida de Champions contra el PSG.

El primer gol llegaría de una manera bastante absurda, en un error de juveniles de Militao, que no tuvo sus mejores primeros 45 minutos de la temporada. En una falta en la frontal del área, Rakitic disparó directo a puerta, disparo que iba a golpear la barrera pero, se abrió por el lado de Militao, dejando que el balón pasase batiendo a un Courtois que poco pudo hacer más que mirar.

El Madrid parecía dormido y sin gasolina en el motor, pues no terminaban de entrar en el partido, mientras que el Sevilla conseguía ganar todos los duelos y salía de la imperfecta presión de los merengues con una gran fluidez de pases. El segundo gol no tardaría mucho en llegar. Con el Madrid aún aturdido, un pase a la espalda de Militao, que tuvo que rebajar la intensidad para no cometer penalti, dejó a Corona solo ante el meta blanco. El extremo sevillista pasó atrás para la llegada de Lamela que solo la tuvo que empujar, poniendo el 2-0.

El Sevilla siguió dominando en toda la primera parte, pero bajó algo la intensidad de cara a los últimos minutos, dejando de combinar con tanta precisión y dejando aparentemente vivo al Madrid. Vivo por ser el Madrid, pues otro equipo con dicho resultado habría desconectado directamente del partido.

La primera parte acababa sin un solo tiro entre los tres palos del Madrid, en una primera parte pésima. En la segunda parte todo cambió, el Sevilla siguió impreciso como acabó la primera mitad y el Madrid cambió a Camavinga, que pudo haber sido expulsado perfectamente por el árbitro por doble amarilla, y entró Rodrygo, que sería el MVP del encuentro.

En tan solo 5 minutos de segunda parte el Madrid notó el cambio y por fin pudo saldar un buen ataque por banda izquierda, donde jugaba hoy por la baja de Mendy, el lateral derecho Carvajal. En una buena jugada del lateral y Vinicius, consiguieron un pase de la muerte al área pequeña que Rodrygo finalizaría adelantándose a Koundé y batiendo a Bono.

Con el 2-1 el Madrid apretó sin parar a un Sevilla que dejó de atacar y solo intentaba robar balones y proteger la renta de un gol. Los de Ancelotti olían la sangre y sabían que podían empatar el encuentro, pero la defensa del Sevilla estaba muy bien cerrada y dificultaba las acciones de ataque blanco. En un centro a la desesperada un poco llegaría un empate que no subiría al marcador. Vinicius controlaría con el pecho el balón y con una volea batía a Bono, pero el árbitro tras mucho análisis en el monitor del VAR cedió a la presión del público y anuló el gol.

El Madrid lejos de venirse abajo por el gol anulado tiró de galones y a falta de tan solo 10 minutos más el descuento, salió Nacho que, tras un gran pase de Carvajal, ya por banda derecha, batió a Bono tras sortear con su disparo un mar de piernas sevillistas. El Sevilla temblaba con el empate, se veía la remontada y el Madrid lo sabía, por ello no pudo quitar el pie del acelerador.

Ya en los largos 7 minutos de descuento que el árbitro alargaría sorprendentemente hasta casi los 10, el Real Madrid se volcó al ataque con las fuerzas que le quedaban. El partido estaba roto. Ambos equipos estaban bajo mínimos, pero entonces apareció el trío de ataque del Real Madrid, Vinicius se la dio de tacón a Rodrygo, que ganó con un cambio de ritmo línea de fondo y la pasó dentro del área a Benzema, que con sangre fría batía a Bono y a otros 2 defensas que intentaban sacar el balón.

El Madrid lo volvía a hacer, una remontada épica fuera de casa, en el campo donde nadie había sido capaz de ganar hasta la fecha, a pesar de haber tenido un gol anulado y del cansancio acumulado por los partidos europeos. Con esta gran victoria los de Ancelotti se ponen el título a tiro, necesitando tan solo dos victorias y un empate para ganar el campeonato doméstico, en una temporada bastante buena para la vuelta de Ancelotti al Real Madrid.

El Real Madrid a un paso de coronarse campeón de Liga