El club valenciano de rugby adaptado, Lobos Quad Rugby, fundado por Carlos Sanchís en 2017, ofrece una alternativa muy interesante para todas aquellas personas en silla de ruedas que quieran practicar un deporte de equipo a nivel amateur o competitivo.
El rugby adaptado, o rugby en silla de ruedas, es un deporte mixto que mezcla fútbol, baloncesto y balonmano en el que los jugadores anotan los puntos pasando a través de dos conos con el balón controlado. En esta disciplina, está permitido el contacto entre los jugadores, que pueden impactar contra la silla del rival para entorpecerle o cortarle el paso. Para lograr ese cometido los participantes tienen dos tipos de sillas de ruedas en las que poder desempeñar su función, la silla defensiva y la silla ofensiva, valoradas en 4.500 euros.
La silla defensiva lleva incorporada en la parte frontal una grilla con la que impiden que los jugadores que portan una silla ofensiva avancen. Por su parte, la silla ofensiva, utilizada por los jugadores más veloces, lleva ruedas de metal que hacen de escudo protector en caso de sufrir un placaje por parte de los jugadores defensivos.
El rugby en silla de ruedas establece toda una tabla de salvación para personas tetrapléjicas, que han sufrido amputaciones en las piernas o alguna complicación de cualquier tipo. Las historias personales de los jugadores del Lobos Quad Rugby son especialmente conmovedoras, como la de Javier Navarro, que llevaba una vida normal de hombre casado hasta que el fuerte medicamento para tratar una infección en una de sus heridas provocadas por la varicela le postró en una silla a partir de entonces.
El club finalizó tercero en su liga el año pasado y disputará los playoffs de esta temporada, al mismo tiempo que busca dar visibilidad a este deporte tan integrador que sin embargo cuenta con algunas dificultades económicas para hacerse con el material y subsistir en su categoría.