Mucho trabajo, esfuerzo, no son palabras ajenas a José María Fernández Martos, proclamado campeón del mundo con la Selección Española Sub19 de Balonmano en El Mundial que se celebró en agosto en Croacia. Tiene 18 años y es el cuarto de su casa, el 14º sobrino de los 15 Fernández Martos que conforman una generación llena de luz donde hay deportistas como él y también consagrados, siete en total. La medalla de oro en El Mundial Juvenil Masculino de Balonmano tiene un referente crucial en su vida, su hermano Edu, al que dedica toda victoria.
¿Cómo estás iniciando tu carrera universitaria en tu condición de campeón del mundo?
Muy bien. A mí desde pequeño siempre me ha gustado el deporte, ha sido una manera para liberarme muchas veces de todo el estrés del colegio, de los problemas familiares y de todo. El balonmano fue desde el principio el deporte fundamental que practicaba con mi hermano Edu y, tras lo ocurrido con mi hermano, tuve que tomar una decisión entre fútbol y balonmano. Es ahí cuando me decidí por balonmano, porque me llenaba más, y también me hacía recordar mucho a mi hermano.
Recordamos que Edu a los 14 años, tuvo un problema de salud y actualmente está en silla de ruedas. ¿Qué has aprendido en estos años de lucha y esfuerzo de quienes te han ido acompañando en la vida?
He aprendido a nunca rendirnos, aunque las cosas no estén de cara y con los obstáculos que nos vamos a encontrar en la vida. Y, sobre todo, siempre hay que sacar una sonrisa y tirar para adelante porque se puede con todo.
Cuando tus amigos te escuchan hablar así, ¿qué hacen? Porque hay veces que tus problemas son a veces también compartidos con tus amigos, con tu entorno, con tu pandilla. ¿Ellos te apoyan en tu planteamiento, te rebaten lo que dicen o cómo se comportan?
Pues cada uno a su manera de ser, pero siempre intentando apoyarme y ayudarme también desde la opinión que ellos tengan.
¿Cuántas horas entrenas al día?
Dos horas de pista y algunos días otra hora extra de preparación física.
¿Qué significa para ti ser deportista de élite? ¿Qué sentido tiene en tu vida?
Deportista de élite para mí es como un título que nos han impuesto a los que hemos conseguido El Mundial y como un reconocimiento que a todos nos gusta tener.
¿Qué significa para ti jugar con el dorsal número 14? Cuéntanos cuál es esa historia
En el momento de la elección del dorsal cogí el número 14 para jugar también un poco más cerca de mi hermano, que él, cuando lo viera por televisión, sintiera que también forma parte de la selección. Edu jugaba al baloncesto y yo al balonmano con el 14.
De esta manera, cuando ocurre el accidente, tú decides rendirle homenaje permanentemente a tu hermano, que ha sido para ti la fuerza que te ha impulsado, ¿no? ¿Cómo crees que lo vive?
Pues yo creo que él estaba muy contento de todos los éxitos, tanto deportivos como personales, que cada uno de la familia consigamos y él se llena de alegría cada vez que me ve llegando del entrenamiento de un partido y ya cuando me vio jugar con el 14, con la selección, fue para él algo único.
¿Y tú qué sentiste cuando viste en la estación de tren de Córdoba ese recibimiento al regresar del Mundial?
Cuando llegué y subiendo la escalera me encontré a un montón de familiares, sentí cómo realmente lo que yo estaba haciendo allí estaba haciendo feliz a mucha gente. Ellos de una manera me lo querían transmitir, acudiendo a mi primera llegada a Córdoba, y me hicieron vivir un momento muy feliz.
Y mucha prensa también. ¿A esto te acostumbras o no?
Bueno, está bien, pero todavía no me he acostumbrado.
¿El futuro, cómo te lo planteas?
Pues esta temporada voy a continuar aquí en Córdoba y haciendo el doble Grado en la Universidad de Loyola. Yo no cierro puertas a nada, tanto profesionalmente en la carrera como en el balonmano, pero sí es verdad que desde siempre he tenido la idea muy clara para el futuro y, en principio, seguiré haciendo la carrera y cuando ya sea incompatible, decidiré si seguir estudiando.
¿Tú piensas que en la juventud de hoy en día, la que tú perteneces, está exenta de esos valores de esfuerzo, de lucha y de trabajo? A veces los jóvenes tenéis una fama que no se corresponde. ¿Tú qué opinas del entorno que te rodea?
Yo creo que en muchos casos los jóvenes de hoy en día, aunque la gente no lo vea, llevan sus valores o sus problemas interiormente. Mucha gente lleva los problemas por dentro, con esfuerzo y lucha interna. Por tanto, porque no se vean o no muestren lo que trabajan todos los días, no significa que no existan. Entonces creo que no es una etiqueta del todo correcta.
¿Qué sentido tiene para ti pertenecer a una familia donde hay muchas personas consagradas?
Pues para todos nosotros es una gracia de Dios inmensa, somos unos afortunados y tenemos que estar agradecidos y aprovechar siempre que podamos de la presencia de ellos para acercarnos más a Dios y para, a través de ellos, también darnos cuenta de que ellos pueden ayudarnos ante cualquier crisis a que tengamos presente el trato con Dios.
Tu relación con Dios viene desde pequeño, pero ¿cómo vives tu fe? ¿Tienes algún grupo de vida? ¿Caminas con alguna parroquia?
Yo vivo como cualquier cristiano, yendo cada domingo a misa, rezo todos los días y sobre todo, quizá algo para destacar sobre mí como cristiano, es que todo lo que me cuesta intento ofrecerlo tanto por mis familiares como por gente que lo necesita.