La trascendencia de los partidos no se limita a las jornadas restantes, sino a las oportunidades para acortar o ampliar distancias con los rivales directos. El Córdoba CF se percató de que sus competidores, Recreativo de Huelva, Castellón, Málaga e Ibiza, no habían logrado la victoria, generando expectativas en la grada. Este enfrentamiento no era simplemente otro encuentro, sino una ocasión para consolidar las buenas actuaciones que el Atlético de Madrid B había exhibido en los últimos meses.
El partido comenzó de manera distinta a lo habitual para el Córdoba CF. No fue un día en el que su juego sobresaliera por su velocidad, calidad o efectividad, especialmente al combinar en su propio campo debido a la igualdad reinante en El Arcángel. Sin embargo, debían demostrar que su capacidad de marcar goles estaba intacta. Cuando parecía que el marcador permanecería inalterado por un tiempo considerable, Kike Márquez aprovechó un pase de Carracedo para abrir el marcador. Aunque ninguno de los equipos deseaba que esto sucediera, el control del balón por parte del Córdoba CF fue un arma de doble filo.
Fiel a su estilo, el equipo dirigido por Iván Ania buscaba salir jugando desde atrás después de anotar el gol que les adelantaba en el marcador. Sin embargo, un error en esta estrategia resultó en un empate para el Atlético de Madrid B. Diarra no logró controlar el balón, dejándolo libre para que Cala enfrentara a Carlos Marín y nivelara el marcador. Esta situación provocó el descontento de la grada de El Arcángel con la defensa blanquiverde, que mostraba más nervios de lo habitual y no lograba contener el juego directo del Atlético de Madrid B.
A pesar de los intentos del equipo colchonero por amenazar la portería de Carlos Marín, el resultado no cambió, al menos hasta que la efectividad del Córdoba CF se impuso nuevamente. Con el paso del tiempo y acercándose al final del primer tiempo, el equipo recuperó confianza, especialmente en la creación de juego, lo que permitió a los extremos tener más protagonismo en el área rival y llevar al segundo gol local. Carracedo llegó hasta la línea de fondo y envió un centro que, tras varios rebotes, llegó a Simo, quien no dudó en enviar el balón al fondo de la red.
La segunda mitad mostró un claro dominio del Córdoba CF, que desactivó por completo al Atlético de Madrid B. A pesar de la lesión de Mati Barboza al inicio de esta mitad, el equipo cordobés controló el partido con posesión de balón y evitó que el rival encontrara superioridad en el centro del campo o oportunidades detrás de la defensa. La brillantez mostrada en la primera mitad se mantuvo en la segunda, lo que generó más oportunidades de gol.
Los últimos minutos del partido transcurrieron con el Atlético de Madrid intentando presionar en campo contrario para volver al juego, pero sin éxito. Por otro lado, el Córdoba CF mantuvo su concentración en busca de una última oportunidad que llegó con el gol de Antonio Casas, asegurando así la victoria. Con este triunfo, el equipo aprovechó los resultados adversos de sus rivales directos para ascender en la tabla, demostrando que este partido era mucho más que tres puntos en juego.