viernes. 29.03.2024

Un grupo de siete jóvenes ajedrecistas ciegos o con discapacidad visual grave, de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), asistieron este sábado y lo harán el próximo miércoles en Benidorm (Valencia) a una concentración en la que aprenderán nuevas técnicas para ser los futuros referentes de ese deporte.

La actividad se llevará a cabo en el Hotel Cimbel bajo unas estrictas medidas de seguridad sanitarias, teniendo en cuenta que deben tocar piezas y tableros. Cabe destacar que todos los materiales serán desinfectados de forma diaria y que en todo momento se utilizará la correspondiente distancia de seguridad y la mascarilla, según informó este viernes la FEDC.

Participarán en la concentración los madrileños Miguel Arnedo y Diego Prieto, los tinerfeños Andrés Díaz e Izan Torrens, el catalán Adriá Climent, el leonés Aarón San Juan y el murciano Juan de la Ossa. Todos ellos, al ser menores de edad, estarán acompañados por algún adulto en un evento que estará dirigido por Pablo Martínez, técnico de ajedrez de la FEDC, y Federico Sotillo, entrenador.

Se trata de la primera concentración que realizan presencialmente estos jóvenes jugadores tras la llegada de la pandemia. Hasta ahora, los torneos y cursos de perfeccionamiento han sido virtuales, algo que también les ha servido para no perder el contacto con este deporte inclusivo.

Los jóvenes ajedrecistas dedicarán las mañanas a una parte más teórica y las tardes a su aplicación práctica sobre el tablero.

El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.

Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto. Además, las piezas negras llevan una protuberancia en su parte superior que las distingue de las blancas.

Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.

Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.

Jóvenes ajedrecistas ciegos asisten a una nueva formación en Benidorm