viernes. 29.03.2024

CBN vía Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN). Un penalty, un miserable penalty, le ha dejado a España sin la historia de oro que merecía esta gran generación de deportistas. Hungría 14-13 (9-9).

En estos momentos de agitada desolación hay que dejar pasar unos minutos para valorar en su justa dimensión que hemos tenido contra las cuerdas a Hungría en su casa del Duna Aréna y con 6.000 almas gritando poseídas cuando Vogel le ha parado el último penalty de la tanda a Granados. Un desenlace siempre injusto porque el premio de uno y otro es absolutamente desproporcionado.

Llevamos tres platas sí, pero si me permiten la pregunta: ¿No puede haber dos campeones de oro en estos casos?...

¡Cómo empezó España! Granados probaba los reflejos de Nagy y, ¡bingo!, 0-1 para los nuestros frente a una grada que iba a apretar de lo lindo. Pero la contestación vino en forma de latigazo de un Zalanki imparable para un Dani que hizo un par de paradas de mérito en los primeros compases. Munárriz, en superioridad, colocó el 1-2 y Tamas Marcz pedía concentración a sus hombres.

Nagy empezó a emerger como un gigante en la meta magiar pero Munárriz volvió a sacar el cañón que lleva dentro y encima la portería española era un bosque de brazos en inferioridad. Había cierta ansiedad en una Hungría que llevaba solo un gol en 8 minutos. Y es que con 1-3 se fue España al primer descanso. Increíble.

Angyal acortó con el 2-3 y el grito del público debió escucharse al otro lado del Danubio. Eso dignifica el trabajo de España y el respeto que nos tienen en la cuna del waterpolo. Zalanki puso el empate desde posición exterior en superioridad y con el 3-3 el Duna parecía que se caía. Incluso las paradas de su portero parecían goles cantados por un público enfervorizado que no tenía otra cosa que hacer en domingo que aguarnos la fiesta.

ESPAÑA NO SE CAYÓ NUNCA

El capitán Varga adelantó a Hungría en superioridad. Un 3-0 de parcial estaba dando alas a los magiares. Pero España no se caía, ni mucho menos. Y eso que un penalty de Granados se iba al poste, palo que besaba Nagy como a esa novia fiel que siempre está ahí. España perdió el cuarto y la ventaja, pero los húngaros estaban sudando tinta china…

Tercer tiempo. Una renta de dos podía darles vitamina a los de Marcz, pero ahí estaba Blai Mallarach para poner temple y empatar. Poco duró porque Vamos, en superioridad, volvía por la senda de la épica (5-4). España tenía que descifrar el código del oro. Y Marc Larumbe, colosal, se sacaba de la chistera una vaselina que era todo un regalo para la vista. Una pena porque Manhercz volvía a sacar telarañas de la piscina. Con 6-5 nos fuimos a los últimos 8 minutos.

Felipe, por fin, encontraba puerta. Y no por no intentarlo. Empate a 6. Aquí podía estar el oro, a 6 minutos del final. Lo que pasa es que Hungría estaba muy certera en superioridad y Varga nos metía toda la presión (7-6). Tahull metía un rechace que nos daba oxígeno, pero de nuevo Manhercz en superioridad cerraba la válvura. Faltaba la respiración. Literal. Blai Mallarach no podía fallar en uno más. El equipo era una piña. Si había que ‘morir’ que fuera de pie. Harai sacó un revés que volvió loca a su gente (9-8, a 3.50). Esto es un sinvivir.

A 2.16, tiempo de David Martín. Uno abajo. Había que quemar las naves. Qué difícil es ganar un oro, de verdad. A 1.34, ¡goooool de Munárriz! Empate. ¿No hay dos oros, hombre? La tuvo Alberto para ganar. Bola magiar. Cortamos, 8 segundos… nos vamos solos, no vamos a llegar… chut…Penaltis!!!! Todos marcaron, todos excepto el quinto de Granados. Vogel le adivinó la intención. Álvaro liderará la próxima generación y será algún día un campeón de oro, si no lo es ya. Estamos convencidos de ello… ¡Felicidades, Hungría! ¡GRACIAS, ESPAÑA!

España de Waterpolo, Subcampeona de Europa tras un gran torneo