martes. 23.04.2024

El Córdoba Club de Fútbol ya está en la final de la Copa Federación. Un resultado que, viendo los actuales resultados y estado de forma de los blanquiverdes, todos podía prever. El conjunto de los de Germán Crespo disputaba este partido en el marco del parón de selecciones ante el Club Deportivo Ebro. El equipo aragonés plantó cara al equipo en mejor estado de forma de España por resultados en el paso previo a lo que sería jugar la Copa del Rey.

El Córdoba salió decidido al Nuevo Arcángel, pero con la presión de ser los grandes favoritos y la obligación de ganar ante sus aficionados. Presión que el Ebro estuvo a punto de aprovechar para tumbar a Goliat y dar la sorpresa con muchas ocasiones claras. De hecho, el primer aviso lo daría Meseguer con un tremendo cabezazo que impactaría en el palo. El Córdoba no aflojaría la intensidad y minutos después Antonio Casas puso el empate a palos, en una primera mitad entretenida con mucha intensidad.

El ambiente de semifinal se notaba en el estadio con la afición animando a su equipo. Los de Germán Crespo dominaron la posesión a lo largo del primer periodo con buenas sensaciones de peligro e intensidad, pero sin mucha efectividad entre los tres palos llegando así al descanso con el 0-0 en el luminoso, resultado más que bueno para el Ebro que seguía aguantando gracias a la gran actuación de Rubén, el guardameta.

En la segunda parte Noel tuvo que retirarse lesionado del campo ante los aplausos del respetable, aplausos que se convertirían en preocupación con cada ocasión del Ebro a balón parado sobre la portería local. Cuando el partido estaba más disputado en ambos ataques con varias ocasiones para ambos equipos, el Córdoba supo golpear. En el minuto 75, Luismi, con un maravilloso golpeo desde la frontal del área, dijo que se acabó y abrió la lata para su equipo metiéndolo en la final.

El Ebro no se rindió y siguió apretando sobre el área local el cual pecó de relajarse con el resultado a favor y dejó jugar en demasía a los aragoneses que tenían los ojos inyectados en sangre para empatar el partido y llevarlo a la prórroga. En el 91 pudo haber llegado ese deseado empate de falta pero, una vez más, el palo se cruzó en los deseos de los aragoneses. La victoria quedó en tierras cordobesas y el Córdoba pasa a la final de la Copa RFEF.

El Córdoba se cuela en la final de la Copa RFEF