viernes. 16.05.2025

Locura, pasión y muchos goles en el precioso derbi andaluz entre el Córdoba CF y el Cádiz CF, en el Nuevo Arcángel. 

Los blanquiverdes golearon a un conjunto amarillo que pagaron caro la expulsión infantil de su portero David Gil.

Acoso y derribo

Los de Iván Ania iniciaron el encuentro con una clara propuesta de juego desbordante por las bandas, principalmente por la derecha, con Carracedo protagonista.

El extremo diestro del conjunto califal sería uno de los protagonistas de la primera mitad cuando, tras un pase del punta Obolskii, conseguiría batir al portero cadista.

Los hombres de Iván Ania parecían los únicos presentes sobre el verde del Nuevo Arcángel, con numerosas ocasiones sobre la portería de David Gil, y una defensa cadista que achicaba aguas como podía. 

La persistencia que dio frutos

El portero de los visitantes tendría un importante papel en la primera mitad, pero no precisamente para la felicidad de los amarillos.

En una acción propia de alevines, el guardameta intentó controlar el esférico ante la presión de Pedro Ortiz, pero el balón se le escurrió dejando la portería a tiro del jugador califal.

Por desgracia para los visitantes y alegría local, el error se extendió a un clamoroso agarrón que el colegiado señaló como penalti, acabando con la expulsión del meta.

Jacobo fue quien agarró la bola y ante Caro, chutó con fuerza a la izquierda, lejos del alcance del cancerbero, poniendo el 2-0.

El intermedio llegaría con numerosos "¡uy!" desde la grada, que vieron con Caro tenía el mismo o más trabajo que su compañero ya en los vestuarios.

Golpe de efecto y efectividad

Al comienzo de la segunda mitad, el partido parecía otro y la energía también. El Cádiz salió enrrabietado por la mala imagen de la primera parte y demostró que el Córdoba, podía sangrar.

En un pelotazo largo de los visitantes, Carlos Marín echó el balón a banda. Un saque de banda que, tras un exquisito centro de Mario Climent, Roger Martí cabecearía a contrapié del portero cordobesista, recortando distancias.

El gol sería una inyección de adrenalina para los hombres de Garitano que, a pesar de tener un jugador menos, agarraba momentum ante un Córdoba desconcertado.

Mandíbula de cristal

Tras una primera parte espectacular, en la segunda parte el Córdoba desmostró por qué es equipo de la media tabla. Y es que en un excelente saque de esquina al primer palo, el recién ingresado Victor Chust remataría al palo largo, lejos de Carlos Marín que la vio entrar.

Sin mucho fútbol pero entrega, garra y efectividad, el Cádiz igualaba el encuentro ante una atónito Nuevo Arcángel, que se frotó las manos tras la expulsión y vio como su equipo no era capaz de aprovecharlo.

Carracedo despertó al equipo de la siesta

El segundo gol activó a los de Iván Ania que veían como el mundo se les venía encima. Sin embargo, ante la necesidad de su equipo, Cristian Carracedo volvió a brillar.

Primero por dentro, regateando a varios jugadores cadistas y calmando el juego califal, dándole la pausa y claridad necesarias. Y luego, con internadas por banda derecha, desbordando a J.J Matos y provocando numerosos saques de esquina.

En uno de estos lanzamientos, Albarrán recibiría un empujón por la espalda de Victor Chust, y el colegiado volvería pena máxima.

Desde los once metros, el héroe de la noche no perdonó y con un lanzamiento con saltito incluido, engañaba a Caro y adelantaba al Córdoba.

Antonio Casas desató la locura final

Tras el impulso de ponerse por delante una vez más, los de Iván Ania empezaron a explotar la superioridad numérica moviendo el balón de un lado a otro, haciendo correr a un cansado Cádiz.

El golpe definitivo llegaria cuando en el 84, Jacobo regatearía en velocidad a Fali con relativa facilidad. Su disparo salió rechazado entre las piernas de Caro, pero allí aparecería Antonio Casas, que empujó la bola para desatar la locura y euforia final de un apasionante derbi andaluz.

Muchos goles y pasión: El Córdoba CF golea al Cádiz en un hermoso derbi