viernes. 29.03.2024

Comenzaron las finales por el anillo de la NBA. La serie entre Warriors y Celtics comenzó con un primer e igualado encuentro en San Francisco. Con el público loco y entusiasmado por el comienzo de unas nuevas finales y un ambiente precioso de básquet, que solo era un preludio para la guerra que estaba por vivirse.

Primer Cuarto: Curry bajó de la Nave Nodrizaç

Si por algo se ha caracterizado Boston en esta temporada, ha sido por su gran nivel defensivo, y su capacidad para secar a las estrellas del equipo rival, limitando la cantidad de puntos que estas aportan. En el primer cuarto se esperaba que dicha defensa fuese presente, pero nada más lejos de la realidad, pues la falta de comunicación y los nervios fueron la tónica principal de estos primeros 15 minutos donde Boston dejó en varias ocasiones liberado a Curry, presos de la inexperiencia de una final.

Y es que Boston Celtics llega a las finales sin un solo jugador con experiencias en las mismas, siendo la primera vez que el grupo de Udoka pelea por el anillo, con un Marcus Smart que intentaba despertar a sus compañeros y recordarles que los Warriors no son Miami Heat, contra Golden State si regalas un metro a los tiradores en la línea de 3 te la enchufan. Cosa que hizo Curry a lo largo del primer cuarto, dando miedo con un temible 6/8 en triples, colándose en los 21 puntos, dando a pensar que con esta defensa, el base de Golden State llegaría al récord de Michael Jordan con 63 puntos.

Tatum y Brown estaban desaparecidos, poco acertados de cara al aro, sobre todo Tatum, el cual se dedicó a lo largo del encuentro a repartir juego y encontrar a sus compañeros más que de ser una amenaza anotadora. La mejor noticia para los Celtics fue la diferencia en el marcador al término del cuarto, pues solo iban cuatro puntos abajo: 32-28.

Fueron los hombres secundarios los que mantuvieron vivos el encuentro. Los puntos de Derrick White y Grant Williams propiciaron el despertar de los Celtics que poco a poco fueron espabilando en defensa.

Segundo Cuarto: Igualdad y Vuelta a la Normalidad

Si algo iba a ser esta serie, además de emocionante, era igualada. Ambos equipos llegaron al encuentro de ayer en gran estado de forma, cada uno con sus armas. A pesar de la racha de Golden State en el encuentro, con un buen juego, buenos porcentajes y un Otto Porter calentito con dos triples seguidos, Boston no se despegaba.

Con menos espectacularidad los hombres de Udoka iban remando repartiendo puntos con la aparición de Smart en ambos lados de la pista con un triple imposible y aumentando el nivel defensivo. Jaylen Brown parecía haber terminado el calentamiento que había sido el primer cuarto y, tras tes buenas posesiones de Boston con tres canastas de Brown, el partido se igualaba 47-47.

Los Celtics sacaron a relucir su gran nivel defensivo con un infranqueable Smart que robaba balones e intimidaba a los tiradores exteriores. Curry tan solo realizó dos tiros en todo el cuarto y no fue capaz de anotar, perjudicado por las faltas, habiendo cometido tres y siendo sentado antes del final del cuarto. Jaylen Brown siguió anotando y creando peligro con penetraciones, pases y algún triple y puso por delante a Boston para el descanso: 54-56.

Tercer Cuarto: La Esencia de los Warriors

Golden State se ha caracterizado a lo largo de la temporada por ser el mejor equipo de toda la liga en los terceros cuartos de partido. El de ayer no iba a ser la excepción. El descanso revitalizó las fuerzas de los de San Francisco, que comenzaron el cuarto con cinco puntos sencillos para Curry, con dos invitados a la fiesta: Wiggins y Looney. Destacando sobre todo la gran labor de Kevon Looney en la pintura para hacerse con rebotes ofensivos y dar puntos en segundas oportunidades a los suyos.

Por su parte, Wiggins comenzó a estar afinado desde la línea de tres y penetrando, tirando de fundamentos, hacia el aro cuando era necesario, sobre todo, para ocultar el mal partido de Jordan Poole, el cual no tuvo su noche. El campeón del Oeste remó y remó en llegando a ponerse cerca de los 15 puntos de diferencia, mientras que Boston intentaba pegarse, pero sin capacidad de parar el ataque tan versátil de Curry y compañía.

Boston estaba contra las cuerdas y pudo haberse despedido del partido, pues fue Thompson el que tuvo la oportunidad de poner al equipo con una diferencia de más de 15 puntos. Los hombres de Udoka se agarraron al encuentro finalizando el cuarto con algunas buenas defensa y recortando el marcador a una diferencia de 12 puntos, lo que en situaciones normales sería casi partido: 92-80.

Último Cuarto: Un Cuarto para la Historia

En unas finales de la NBA no hay nada dicho hasta que el reloj no marca el 0. La magia de las finales hace que, en ocasiones, vivamos cosas mágicas, y la de anoche fue una de ellas. Jaylen Brown, la estrella que mantuvo, junto a los secundarios, vivo al equipo, no había dicho su última palabra, y como si de un milagro se tratase, cambió el partido en cuatro jugada (dos canastas, una asistencia y un robo con asistencia).

Los Warriors no pudieron anotar contra la grandísima defensa de los hombres destacados como Williams y Smart, dejando a 0 el casillero de los campeones del oeste en los primeros minutos. El partido se ponía 92-89, muy ajustado, el plan de Udoka cambió al ver lo bien que funcionaba un quinteto con dos hombres altos como Williams y el héroe, Al Horford, junto al anotador inesperado, Derrick White, y un Payton Pritchard que las enchufaba todas.

Los triples de Boston tras grandes movimientos de balón con buenos y rápidos pases mataron a unos Warriors irreconocibles en ataque que, se llevaron 14 minutos seguidos de partido sin anotar una sola canasta. Al Horford fue el más destacado de su equipo, con un gran 6/7 en triples, colándose en los 26 puntos, cifras increíbles para el debut de alguien en unas finales. Finalmente la remontada se llevó a cabo, dando el encuentro a Boston de manera holgada y robando la ventaja de campo a unos Warriors obligados a ganar el Game 2, si quieren ir con posibilidades a Massachusets.

Los Celtics dan la sorpresa y golpean primero en la Final de la NBA