viernes. 19.04.2024

Nadie dudaba del plan del Cholo. Nadie pensaba que anoche, el Atlético de Madrid fuese a jugar al toque y a pelearle de tú a tú la posesión al City de Guardiola. Todo el mundo esperaba lo que se dio, un Atlético de Madrid férreo, rocoso y encerrado en defensa, para sacar el mejor resultado posible fuera de casa, para luego en el Wanda Metropolitano llevarse la eliminatoria. Los papeles se invertían, el equipo inglés jugaba a la pelota y dominaba con la posesión, mientras que el español era el que defendía férreamente y ponía el autobús.

Al Atlético, ante equipos mucho más superiores que ellos en manejo del balón, hacen el mítico "juega tú que a mi me da la risa", para correr tras el balón, presionar y sufrir defendiendo, ese es su adn, saber sufrir defendiendo, para luego, en alguna ocasión salir a atacar a la contra. Pero el City de Guardiola domina demasiado este Fútbol Champagne de posesión y vistosidad, y se llevó la partida ayer en Inglaterra.

En un primer lugar, durante toda la primera parte, el encuentro fue un monólogo de posesión, donde el City mareaba la bola intentando penetrar en los duros muros defensivos que había implantado el Atlético de Madrid. Una primera parte llena de centros al área desesperados, pases al hueco frustrados, e incluso, intentos de provocar un penalti exagerando alguna caída, como la de Bernardo Silva, para intentar acabar con esa defensa.

El Atlético no daba ni cinco pases seguidos, la posesión era por completo del City, y tras el paso por los vestuarios el partido no cambió en absoluto, ambos equipos continuaron con el mismo planteamiento, pues, a los ojos de Guardiola, su equipo estaba cerca del área contraria todo el tiempo y podrían crear alguna ocasión en algún momento, mientras que el Cholo veía como ya habían pasado 45 minutos y seguían resistiendo como héroes.

Esta situación puede servirte en algún partido de liga ante algún rival de media tabla que juegue bien al fútbol, o incluso contra equipos como el Sevilla, que mantienen la posesión, pero les cuesta ser incisivos en zonas adelantadas del campo, pero esto es la Champions y aquí juegan los mejores del mundo, y uno de esos mejores del mundo es Kevin De Bruyne.

El primer claro aviso del City llegó en un disparo directo de falta del propio De Bruyne que Oblak paró primero con la mano y luego con el pie de manera providencial, pero esto solo era un aviso, pues el Atlético quiso dar un tímido paso hacia adelante, cosa que abrió pequeños resquicios donde un mago puede generar magia. Simeone cedió e hizo tres cambios en el centro del campo para refrescar a sus hombres del desgaste físico, pero ya había sobre el campo un hombre que no quería el empate.

En el único resquicio abierto que dejó la defensa colchonera en los 90 minutos Foden puso un magnífico balón a De Bruyne, que rompió en un desmarque a la espalda de la defensa. El belga no dudó y en la única vez que Oblak era probado en el mano a mano, el pelirrojo belga se hizo con el gol, cruzando el balón con un buen disparo que Oblak no llegó a tocar. El City fue capaz de entrar por el centro de la defensa del Cholo, dando un golpe sobre la mesa de Guardiola hacia el técnico argentino dejando un mensaje de "con solo esto no podréis ganarnos".

El Atlético intentó reaccionar en los últimos minutos pero era un tanto difícil debido a que el City sabe presionar muy bien de manera agresiva la salida del balón y no permitía a los rojiblancos crear ocasiones claras de peligro. El partido acabó con un Simeone satisfecho a pesar de la derrota por el corto resultado que es remontable, mientras que Guardiola ve una oportunidad desperdiciada de haber podido hacer sangrar más al Atlético en tierras inglesas. Todo queda abierto para la vuelta en lo que será un partido mucho más emocionante que este sin duda alguna.

El Atleti puso el autobús y el Manchester City la gasolina