jueves. 28.03.2024

Con motivo del Día Internacional de la Familia que se celebra el 15 de mayo, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), queremos aportar nuestra reflexión  como viene haciendo desde hace años.

Este Día es un momento importante para nosotros, porque nos permite  seguir profundizando en la dimensión familiar del ser humano, en el contexto socioeconómico, político y cultural que vivimos.

En este último año de pandemia mundial, con la crisis sanitaria y social que se ha provocado, son muchas las familias que han sufrido sus consecuencias, agravándose su situación familiar, social y laboral.

Pensamos que la  familia debe ser uno de los pilares que debe orientar  la organización social y ética del trabajo, ya que éste, es esencial por varios motivos.

Mediante el trabajo se adquiere prioritaria y habitualmente el sustento familiar. A través de él,  las personas consiguen un conjunto de derechos sociales que dan estabilidad y seguridad a las familias.

Posibilita la realización de las personas trabajadoras desarrollando la vocación profesional, la dimensión laboral-creativa, haciéndolas estar en mejores condiciones psico-afectivas y relacionales para afrontar su contribución a la vida familiar.

Así mismo, puede favorecer o romper un conjunto de vínculos de las personas y las familias al territorio y a la propia cultura.

Consideramos también trabajo el que realizamos en la atención a las tareas de cuidado familiar o el que prestamos al servicio de la sociedad. Trabajo que implica tanto a la mujer como al hombre, precisamente porque estas tareas están orientadas y destinadas al servicio de la vida digna del ser humano. Constituyen un tipo de actividad que debe ser socialmente reconocida y valorada.

Para que ese trabajo de cuidados y de servicio a la comunidad pueda ser posible, el trabajo asalariado, el empleo, debe posibilitar a las personas tiempo de vida para su desarrollo personal, para atender su dimensión familiar, social, política, etc.

Según la Doctrina Social de la Iglesia, la familia, “célula primera y vital de la sociedad”, debe ser considerada protagonista esencial de la vida económica, orientada no por la lógica del mercado, sino según la lógica del compartir y de la solidaridad entre generaciones.

Los militantes de la HOAC, con la fuerza del Evangelio y su vivencia encarnada en la realidad que las familias trabajadoras viven, afirmamos que la configuración  del sistema de producción y consumo, supone un atentado contra la vida familiar y la visión que la Iglesia tiene de ella. Seguiremos trabajando junto con otras y otros para un cambio de mentalidad, donde las políticas estén dirigidas a afrontar la crisis, el problema del desempleo y a extender un trabajo asalariado decente y digno, que responda a las necesidades de las familias, especialmente de las más empobrecidas.  

El trabajo es el factor clave para contribuir a la vida familiar