jueves. 28.03.2024

El  día 1 de septiembre del 2008, los medios de comunicación de todo el mundo, transmitida por la agencia EFE, se hacían eco de la noticia del ofrecimiento a la ciudad de Sevilla del proyecto para la construcción, a orillas del Rio Guadalquivir y muy cerca de la Torre del Oro, de una reconstrucción a escala real (269 metros de eslora) del mítico Titanic que, sin duda, revolucionaría el turismo en la capital de Andalucía.

En declaraciones a la Agencia EFE, Jesús Ferreiro, autor del proyecto y presidente de la Fundación Titanic, dijo que, sin duda, se trataba de un proyecto revolucionario en el ámbito turístico y cultural que atraería a Sevilla, Andalucía y a España millones de turistas de todo el mundo para alojarse en los camarotes del Titanic, comer en sus restaurantes, bañarse en su piscina, etc.

El proyecto, que cuando fue presentado al Ayuntamiento de Sevilla en el año 2008 tenía un presupuesto de 96 millones de euros, contaría con un hotel de 5 estrellas (camarotes de primera clase), otro de 4 estrellas (camarotes de segunda clase) y uno de 3 estrellas (camarotes de tercera clase) -todos ellos reproducidos íntegramente de los planos originales de la construcción del Titanic-.

También se reconstruirían los restaurantes de lujo y los comedores de segunda y tercera clase, donde se servirían los exclusivos menús que fueron confeccionados por Augusto Escoffier para el Titanic.

En esta reproducción, el espacio de la sala de máquinas y las bodegas serían destinados a albergar exposiciones, una fija sobre el Titanic y el resto itinerantes, todas ellas relacionadas con el mundo de la mar y de sus gentes.

El espacio destinado en el Titanic para los camarotes de los oficiales se destinaria para la creación de aulas de escuela náutica y para salas de conferencias. Mientras tanto, el espacio de la gran sala de la escalinata sería destinado a un salón de actos para celebraciones de bodas, reuniones, presentaciones comerciales, etc.

En el mismo lugar que ocupaban en el Titanic, pero con el triple de su tamaño original, se instalarían la piscina, el gimnasio, la peluquería y el frontón. Naturalmente, sería una reproducción integra del «buque de los sueños» con todos sus famosos y lujosos elementos como la Gran Escalinata, la Sala de Bailes, la Sala de Fumadores, la sala de Juegos...

Este Titanic no podría navegar porque, aunque estaba previsto construirlo en la orilla del Rio Guadalquivir, el casco no sería de acero sino de cemento, y no contaría con las maquinas que hicieron posible su navegación.

Seis meses después de presentar este proyecto para Sevilla, una empresa madrileña dedicada a parques temáticos ofreció a Jesús Ferreiro la posibilidad de su construcción en San Sebastián de los Reyes (Madrid) en unos terrenos junto a la autovía A1.

Aunque varias empresas hoteleras (dos españolas y una norteamericana) se interesaron por su gestión, el estallido de la crisis económica en España impidió la construcción de este proyecto que, aunque se hará realidad en China, nació en España hace ahora doce años.

Basado en este proyecto, la Fundación Titanic construyó en el Parque de las Ciencias de Granada, bajo la dirección de Ernesto Páramo, la maqueta del Titanic más grande y espectacular del mundo, que ahora puede visitarse en la macro exposición “Titanic The Reconstruction”, acogida en el Museo de la Ciencia de Valladolid.

España fue pionera en la idea de la reconstrucción del Titanic que se está llevando a...