Sentados los dos en un banco de la Plaza Santa Ana esperando que Viva Madrid abra sus puertas, Rafa y yo charlamos sobre el día tan soleado y espléndido que hace. Además, me confiesa lo afortunado que se siente de haber sido una estrella de la música.
Dentro del bar, me encuentro con un Rafa sonriente y muy contento con la gira a la que se aventura. Sus ganas de subirse a la caravana del rock and roll, de "salir a la carretera" y "hacer unos cuantos kilómetros", lo demuestran. Acomodados en las mesas reservadas de la taberna centenaria Viva Madrid, en el Barrio de las Letras, de la que chicos indomables y pudientes se enamoraban durante la Movida Madrileña, me cuenta los motivos de haberme citado en ese lugar: "Es un bar con mucho sabor en el que me siento como en casa. Hemos hecho otras entrevistas aquí y la gente del local se han portado siempre genial ", afirma. Además, rememora una etapa en la que estaba muy próximo a él: "Viví una época en la calle El Príncipe, justo al lado".
El exvocalista de "La Unión", la banda de pop-rock de los 80 que ha marcado a toda una generación y se separó tras 36 años el pasado 2020, está totalmente entregado a su nueva carrera en solitario. Confiesa que "la afronta con mucha ilusión" a la que le suma "cierta nostalgia". Recuerda a sus compañeros Luis Mario Martínez y Luis Bolín, con los que ha pasado "más tiempo que con sus hermanos biológicos" como "de su familia". "Aprovechando el confinamiento hice la disolución del grupo", así lo reconoce y deja claro que "como en todas las familias, las cosas no siempre van bien".
"Intenté que la última etapa del grupo fuera bien", tras el abandono de Mario por problemas de salud hace seis años, pero con Luis ("el que quedaba"), "no hubo química". Confiesa haber convivido "con un ambiente eléctrico, desagradable y con rencillas" en los dos últimos años durante las giras. La decisión que tomó en la pandemia fue decisiva para marcar el antes y después en sus carreras musicales "pensé que era el mejor momento para que cada uno se planteara su futuro", considerando el hecho de que "no íbamos a poder actuar en bastante tiempo", relata.
Centrado en su nuevo disco 'Solo para adultos', con el primer single 'Vístete, Princesa', no ha querido romper con el sonido más clásico de 'Vuelve el amor' o 'Negrita', para enseñar a sus seguidores sin despistarles que Rafa Sánchez puede ser una continuación clara de 'La Unión'. "El tema presenta la situación de mujeres mayores de cuarenta años divorciadas o separadas que les cuesta mucho volver a tener relaciones con hombres de su edad. En consecuencia, muchas de ellas acaban retomando su vida en pandillas gays y recuperando su autoestima de una manera divertida pintándose el ojo o subiéndose a diez centímetros de tacón", puntualiza.
Un videoclip lleno de elegancia y una canción con un toque 'funcky' y 'disco' inspirado en 'Un hombre soltero', una película protagonizada por Colin Firth, que trata la relación amistosa de un homosexual y una mujer. "Me gustaba ese tipo de imagen sofisticada, esa intimidad sin la electricidad del sexo", vínculo que parece atraer mucho al cantante. Además, el personaje de Instagram Barry Brandon (@thequeerindigo), también ha aportado su granito de arena y sus paseos coreografiados por Los Ángeles han servido de modelo para el final del vídeo. "En la primera parte parece que hay una relación entre la chica y yo, pero al final, en esa coreografía destaca una de las frases: "Ganará nena quién ligue más de los dos".
'Vampiros' el segundo single, se convierte en una metáfora que refleja el vampirismo como un término para exponer el acercamiento a los jóvenes y así observar cómo funcionan "no quiero criticar a esa generación, más bien comprenderla y absorber la esencia", asegura.
'Solo para adultos' marca una nueva etapa en su carrera musical, aunque él no la percibe como "un cambio tan radical", pero comenta que las influencias externas si han sido transformadoras. "Trabajar al lado de Fermín Villaescusa, teclista clásico de 'La Unión', excepcional y muy ecléctico, ha supuesto una gran comunión". También subraya la rapidez con la que han finalizado el proyecto "con 'La Unión' en diez años hemos sacado un tema y con Fermín en cuatro meses hemos creado un disco entero".
La gira 'Lobo Hombre World Tour', en la que actualmente está 100% centrado viajando por toda España, parará el 30 de abril en Córdoba con su espectáculo 'Biografía'. "Para teatros y sitios más íntimos he preparado ese show", detalla. "Voy a hacer un recorrido cronológico (empiezo por Lobo y voy disco a disco) cantando tres canciones de cada álbum y contando cómo ha ido cambiando mi vida", adelanta. Aún guarda en la memoria un concierto en el Teatro Griego de Córdoba que no va a olvidar "la intensidad y la unión que hubo con el público fue mágico".
Creció en una familia de artistas en la que sus dos hermanos gemelos y muy melómanos (seis años mayores que él) fueron la principal influencia a la hora de interesarse por la música. "Teníamos unos tocadiscos como una maletita que una parte era el bafle y otra el plato". Ellos tenían todo 'Beathles' en EP pequeños", revela. A medida que fue adentrándose más en ese mundo, quedó fascinado por la música negra: el 'funcky', el sonido de Philadelphia, 'Soul Explosión', el mundo de la discoteca, 'Boney M', etc. Pero su verdadero ídolo es 'David Bowie', un cantautor camaleónico que iba por delante de la moda y con el que se ha sentido siempre muy identificado "(nosotros) hemos estado muy cercanos a sus planteamientos de ir avanzando según iban adelantando las modas musicales". Tras dejar atrás sus adicciones y retomar su carrera con el disco 'Scary Monster and Super Creeps' y su canción 'Ashes to Ashes' después de un parón, "volver a recuperar a David Bowie con ese álbum fue una gran sorpresa", expresa con gran admiración.
El teatro y los musicales también han estado muy presentes durante toda su vida. A los once años representó la ópera rock 'Jesucristo Súper Star' y después (en los 90) 'Las Botas Rojas'. 'Quadrophenia' de The Who o 'El Muro' de Pinck Floyd, también le llamaban la atención. "De pequeño me gustaba mucho la zarzuela española. Me parecía un género muy divertido, ya que se mezclaba imagen y sonido", añade.
Compuso 'Las Botas Rojas' con Antonio Cortés en 1994, con la que se dio cuenta lo interesante de crear una obra musical, poder darle un toque diferente y salirse de las normas de bandas de música en las que había estado "cuando estás dentro de un grupo, tienes que tener cierta coherencia musical a la hora del estilismo y una ópera rock te da la oportunidad de tomar estilos muy diferentes dependiendo del personaje: pop, rock, música clásica, pop-hill... ". No duda de que volverá a involucrarse en ella "es un tema que voy a retomar, ahora creo que es un buen momento, ya que cuando se compuso esta ópera, el teatro musical en España estaba en pañales".
Echa la vista atrás y rememora sus comienzos con el grupo 'The Quick' y su introducción en 'La Unión' con tan solo 22 años, cuando dejó apartados sus estudios de arquitectura en el último curso. "En esa época hubo una efervescencia con la música en vivo, justamente España acababa de salir de la dictadura y empezó a llegar mucha información de fuera tanto musical, como de costumbres, moda, arte...", recoge. "Fue una etapa gloriosa para la música, con bandas como 'The Cure' o 'Simple Minds', empezaron a aparecer los teclados con sonidos muy interesantes, mágicos y misteriosos". Después sus principios en 'La Unión' estuvieron marcados por más avances "apareció un teclado que se llamaba 'Polysix', asequible para músicos adolescentes y a buen precio; el teclado 'Dx7', las cajas de jumbo y el 'Sampler'. Las bandas iban avanzando con esa nueva tecnología".
"Si pudiera tener las mismas oportunidades elegiría también dedicarme a la música", así confiesa que no se arrepiente de su decisión en la juventud. "Me ha hecho ser mejor persona, me ha abierto la mente y he podido conocer sitios y gente diferente", admite. "Doy las gracias por haber disfrutado del mundo musical toda mi vida y seguir haciéndolo", agradece. Menciona una conversación que hemos tenido fuera de cámaras "te lo decía antes, viajar con el rock and roll es la mejor manera de viajar. Allá dónde vas eres muy bien recibido, te llevan, te traen y te festejan". "Además, viajar es una de las cosas que más me gustan", afirma. Cree sin lugar a dudas que "si hubiera acabado la carrera de arquitectura, ahora sería un tipo un poco cursi".
El boom de la mítica canción 'Lobo-Hombre en París' fue una gran sorpresa para todos componentes de la banda "nos sobrepaso porque pensábamos que íbamos a ser un grupo minoritario". "Los primeros contactos que hicimos fueron con discográficas independientes pensando que no íbamos a trascender del área de Madrid", en ningún momento se les pasó por la cabeza que el éxito iba a ser tan grande "fuimos once semanas número uno". "Entonces se crea un crack ahí en tu cabeza y comienza el fenómeno fan", cuenta. Vivieron un periodo de adaptación para asimilar la situación "la verdad es que costó un par de discos adecuarnos, y de repente darnos cuenta de que podía ser una forma de vida si hacíamos las cosas bien, si cuidábamos las canciones y todo lo que había alrededor".
Mientras su éxito y el de 'La Unión' iba subiendo, se inmergió en el mundo de las drogas a finales de los ochenta. Más tarde, consiguió salir tras sufrir un accidente de tráfico. "Fui un tipo muy afortunado porque muchas veces la gente sale de las drogas y vuelve a recaer al no tener nada entre manos". Se refugió en la música para vencer su adicción "tuve la suerte de tener entre manos una de las mejores giras del momento, la de 'Tren de largo recorrido'". "Fueron noventa conciertos en un año, el no parar y estar en activo fue lo que me ayudo a salir", recoge. "El aburrimiento a veces puede hacer que vuelvas a caer". Reconoce el lado amargo de las drogas "la heroína te acaba metiendo en un ghetto. Me ayudó muchísimo salir y descubrir que la vida es bella", admite dejando ver su admirable fuerza de voluntad.
Cuando apaga el micrófono confiesa "ser muy casero" tanto que "las vacaciones normalmente las paso en casa", aclara. Aprovechó el confinamiento para centrarse en él y también, en los suyos "mi pareja estaba teletrabajando y nos pasamos los tres meses juntos". Viviéndolo como "un momento de introspección, de pensar cómo va tu día, y de hacer cosas que te apetecen pero nunca haces: jardinería, aprender a cocinar cocina oriental...", subraya. Conocemos sus pasiones entre las que se encuentran: leer, interactuar con sus seguidores en redes y jugar con sus dos Pomerania, Coco y Gucci. Ahora nos descubre algunas ocultas "me gusta mucho la cocina china".
Tiene por delante una gira y un disco que sin duda le va a traer muchos éxitos. Se identifica como una persona con un pensamiento muy yogui y centrada en el presente "creo que el único momento que existe es el ahora", añade. Al hablar de futuro "no me pongo metas, voy aprovechando las situaciones como van saliendo y voy cuajando proyectos", nos cuenta. Además, es contundente con su propósito principal "estoy más preocupado en el día a día, que en estar ansioso pensando qué es lo que me deparará el futuro".
Siempre animado a seguir su camino e "ir sacando canción a canción de este disco y hacer unos buenos videoclips para soltar en las redes", responde. Embarcado en la preparación del siguiente single 'El maldito Adagio', "una canción muy triste, pero que puede llegar al corazón a mucha gente", adelanta. Y plenamente enfrascado en dar luz a nuevas opciones "estoy intentando buscar una colaboración", confiesa. El futuro sabemos que está en el aire, pero sus deseos para el mañana revelan sus ganas de comerse el mundo "me gustaría acabar haciendo 'Las Botas Rojas' de aquí a un par de años como muy tarde".
Un acercamiento en el que he conocido la esencia de Rafa Sánchez, su manera de vivir y su gran dedicación a lo que lleva siendo su gran amor: la música. Una ocasión perfecta para volver a experimentar a 'La Unión' y que otras generaciones conozcan los años gloriosos que marcaron en nuestro país. La triste noticia del fallecimiento de Mario Martínez, a causa de un cáncer de laringe que le diagnosticaron en 2015, hace que la entrevista cobre más valor y le rindamos un pequeño homenaje.
Ahora solamente queda que todos vivamos lo que tiene preparado Rafa Sánchez para su próximo concierto el 30 de abril en el Palacio de Congresos de Córdoba. Seguro que su show no dejará indiferente a nadie, ¿estáis preparados para ello?