sábado. 20.04.2024

El Museo Británico ha abierto sus puertas este jueves para que todos sus miles de visitantes diarios vuelvan a admirar las esculturas y la historia después de 163 días en confinamiento. Un largo periodo que ha hecho reflexionar al director del museo, el cual ha decidido bajar del pedestal la figura del ‘padre fundador’ del museo, Hans Sloane.

Se trata de un medico irlandés nacido en 1660 que tuvo un pasado oscuro como esclavista en las plantaciones de caña de azúcar en Jamaica. Es así que han decidido trasladar su escultura del pedestal de la lustrosa galería de la Ilustración a la sala donde se encuentran las obras basadas en el Imperialismo Europeo.

Hay que reconocer que Hans Sloane fue uno de los fundadores del Museo Británico, pues en su momento arrancó con las piezas que el imperialista cedió al Gobierno por un valor de 22.000 euros para que todos los británicos y visitantes pudieran disfrutar el museo de modo gratuito.

Aunque dicha colección fue aumentado gracias a la historia del Imperio, del colonialismo y de la esclavitud. Ahora, gracias al movimiento Black Lives Matter, que ya terminó con otra histórica estatua de un traficante de esclavos en Bristol, la de Edward Colston, el museo ha mirado a su pasado y ha rectificado errores.

“No hemos escondido a Sloane, pero le hemos puesto en su sitio. La historia es a veces dolorosa, pero no se puede ocultar y hay que ser consecuentes. Hay que conocer la verdad para poder cerrar las heridas", explica así el director del museo, Hatwig Fischer.

Un gigante paso para cambiar el curso de la historia, aunque según Dan Hicks, autor del libro ‘Los Museos Británicos’, al museo más emblemático de todo Reino Unido le queda un largo camino para afrontar toda su turbulenta historia, “Mover el busto de Sloane de una sala del museo a otra no es suficiente”, apunta el experto.

Hicks explica que el Museo Británico debería devolver todos los artefactos robados que exhiben en sus galerías, como las 200 piezas metálicas de los Bronces del palacio real de Benín, que acabaron en manos del ejército imperial británico en 1897 tras el saqueo en el sur de Nigeria.

Además, dio un examen detallado de cómo llegaron los 9.000 objetos robados a exhibirse en sus salas principales, de un total de ocho millones de piezas en su colección. También el escritor hace una denuncia a la falta de diversidad en los equipos de expertos del museo, que cuentan con tan solo una persona de color en su equipo.

Todos estos cambios han sucedido en el momento de la esperadísima apertura de las puertas del museo. Una situación la cual fue precedida por la operación limpieza de 30 operativos que pasaron el trapo al polvo acumulado de miles de años de historia.

Entre ellos se encontraba hasta un recolector de cerezas subido a una larga escalera para llegar a los bustos mas altos, como el de Ramsés II, el Tótem Kayung de la Isla Graham o las estatuas de la isla de Pascua.

Desde hoy, un máximo de 2.000 personas podrá disfrutar de las galerías del museo, para visitarlo tendrán que reservar previamente desde la pagina web y una vez dentro seguir las medidas de seguridad impuestas, la distancia social, direcciones de flecha sin dar media vuelta.

A pesar de estas restricciones, el director del museo ha afirmado que el sistema de flechas unidireccional ayuda mucho al visitante “Yo mismo he hecho la prueba varias veces y el resultado es fascinante y excitante. Sobre la marcha descubres muchas cosas nuevas y las que ya conocías, las ves de un modo diferente”, explica Hartwig Fischer.

Por el momento el museo ha abierto sólo las galerías principales de la planta baja y el luminoso atrio. En la segunda fase trabajaran para abrir las plantas superiores y el 24 de septiembre se preparan para la esperada y reveladora exposición ‘Tantra: de la iluminación a la revolución’.

El Museo Británico quita del pedestal la estatua de su padre fundador, Hans Sloane,...