jueves. 28.03.2024

 

El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández,  preside la solemne eucaristía en el Santuario de la Fuensanta. Ante la copatrona de Córdoba pide por las familias y señala la próxima beatificación de 127 mártires de la persecución religiosa en Córdoba "como lámpara potentísima" de amor a Cristo

 

 

Córdoba 8 de septiembre de 2021.- El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha presidido la eucaristía en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, concelebrada por una representación del Cabildo Catedral, en la solemnidad de Nuestra Señora de la Fuensanta, copatrona de la ciudad. A la celebración ha acudido el Alcalde de Córdoba, José María Bellido, la presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Olga Caballero y fieles y devotos de la Virgen de la Fuensanta.

         A todos ellos se ha dirigido el Obispo para recordar el sentido de esta fiesta cordobesa que “se celebra para contagiarnos de la alegría de Dios, que viene de lo alto”, llegado el día de la Fuensanta, ha explicado el Obispo, abrimos nuestras manos a este don porque “María quiere concedernos su gracias, su bendiciones, su protección, por eso venimos hasta su Santuario: para invocarla y experimentarla como Madre”.

         En su homilía, el Obispo de Córdoba, el Obispo ha proclamado que de Jesucristo y la Virgen María viene la salvación de cada uno de nosotros, “porque Dios la ha constituido en causa de nuestra alegría y mediadora de todas las causas” aunque pertenezcamos a “una banda de pecadores, redimidos por su sangre preciosa, a los cuáles Jesús ha dado una Madre, la Llena de Gracia”.

         Monseñor Demetrio Fernández ha invitado a elevar la mirada e implorar a María en la Fiesta de Nuestra Señora de la Fuensanta, “la que se parece a Jesucristo, su Hijo, más que nadie y a su vez, el Hijo se parece a Ella, más que nadie”.

         En alusión al Año Josefino que celebramos, el obispo de Córdoba ha llamado la atención sobre la importancia de san José en el orden de la salvación que “quiso a María, su esposa, como no ha querido un esposo a su mujer en el mundo, con un amor no de posesión, sino oblativo, generoso y gratuito”.  En el ejemplo de vida cristiana de la familia de Nazaret ha basado el Obispo su petición especial a la Virgen de la Fuensanta por las familias, “para que se conserven en el amor, el entrenamiento diario del don de sí mismo, que implica sacrificio y olvido de sí”.

         El próximo 16 de octubre se celebrará en la Catedral de Córdoba la beatificación de 127 mártires de la persecución religiosa de principios del siglo pasado. Este acontecimiento histórico para la Iglesia de Córdoba ha llevado al obispo a resaltar ante la Virgen María, Reina de los Mártires, el amor de todos ellos a Cristo “como fuente de energía inagotable”. Esta celebración jubilosa debe animarnos a ser testigos de Cristo y no vivir ese amor a medio gas, porque la beatificación será “una lámpara potentísima que ilumine nuestra vida, la vida de nuestra ciudad y de la Diócesis”, ha concluido el Obispo.

Mons. Demetrio Fernández: “La Virgen de la Fuensanta desborda nuestra alegría”