viernes. 29.03.2024

La destrucción del palacio del Imperio Romano fue "Una herida aún abierta”, según Camino Fuertes, arqueóloga de Andalucía, que este martes pronuncia la conferencia 30 años del yacimiento de Cercadilla. Un complejo de ocho hectáreas derruido en mayo de 1991 para construir la estación de ave en Córdoba. 

Se celebran tres décadas de su abolimiento en Córdoba,  levantado por el emperador Maximiano Hercúleo entre los años 293 y 305. “Un dolor enorme”, recuerda Ana Zamorano, presidenta de la asociación Amigos de Medina Azahara, que ha organizado otras jornadas en línea. 

Durante la construcción en 1991 de la estación de tren sobre el antiguo complejo, los arqueólogos trabajaron a gran velocidad para salvar todo lo posible. Aún así, los constructores en pocos días habían arrasado ya medio kilómetro lineal y unos 200 metros de ancho. 

Los historiadores y arqueólogos descansaban junto al yacimiento para que no se destruyera pero las administraciones locales, regionales y nacionales ya habían tomado su inamovible decisión: el AVE entre Madrid y Sevilla, tenía que parar en Córdoba en ese exacto lugar. “Fue un expolio, se orquestó una campaña de fake news contra el yacimiento”, denuncia Fuertes. 

"Se decía que, si no se arrasaba el yacimiento, el AVE nunca llegaría a Córdoba; que lo hallado carecía de valor, que los arqueólogos nos estábamos haciendo ricos con las excavaciones; que los restos iban a integrarse en la estación y, finalmente, que se cambiaría el trazado de todas las vías del tren. Todo era absolutamente falso”, comenta con indignación treinta años después.

Enclave Arqueológico de Cercadilla

Una comisión de expertos que reconoció el yacimiento en 1992 advirtió de que se podría estar “ante un monumento único en el mundo que debía respetarse y ser estudiado”. “Era el de mayores dimensiones de todo el Imperio Romano”, declaró Hidalgo junto con el otro codirector de las excavaciones en aquel momento, Pedro Marfil. 

El parlamentario del PP Juan Ojeda denunció, por su parte, la “política de hechos consumados” de las administraciones. “Córdoba tiene que saber la verdad. Lo que se va a destruir es un yacimiento único en el mundo”, incidió.

En 1991 arqueólogos emitieron una solicitud para declarar este bien de interés cultural para ofrecerle la mayor protección posible, la Junta de Andalucía no estimó ninguna respuesta. “Era uno de los pocos palacios imperiales existentes en el mundo. Ya no podemos hacer nada. Es una herida en el corazón de Córdoba que aún no se ha sabido curar”, insiste Fuertes.

“Imaginemos que se hubiese conservado completo el palacio. Imaginemos que Córdoba recibiese a los visitantes que se bajasen del AVE con los restos del mayor palacio imperial romano que se conoce. Imaginemos…”, concluye Fuertes.

 

La pérdida del mayor palacio del Imperio Romano de Córdoba a cambio de una estación de AVE