martes. 19.03.2024

José Miguel Dilla, conocido como 'El Abuelo', es el primer motorista que ha llegado a las instalaciones donde se desarrollará esta semana la concentración motorista internacional invernal Pingüinos, que se celebra del 13 al 16 de enero en Valladolid en la que supone su 40 edición tras la suspensión de la anterior por la pandemia.

'El Abuelo', de 71 años vecino de Arganda del Rey (Madrid), ha llegado a la antigua hípica militar de Valladolid en la tarde de este domingo subido a su motocicleta de tres ruedas roja, a la que bautizó hace años como 'Dimaquineta'.

Dilla acude de nuevo a la concentración, a la que asiste desde 2005 cuando se celebraba en Boecillo (Valladolid), y espera reunirse en la zona de acampada con motoristas llegados de diferentes puntos de España para reencontrarse y volver a juntar al grupo que llaman 'Los Agregados', ya que se han ido sumando a lo largo de las diferentes ediciones que han compartido.

'El Abuelo', que ya tiene montada su tienda de campaña con calefacción y placas solares incluidas, ha confesado que le gusta llegar de los primeros "relajado", para disfrutar del ambiente y la naturaleza en lo que describe como un "lujo" que supone una "desinfección para el cuerpo" que le relaja, en torno a la hoguera, donde "la mente se despeja".

Además, ha destacado que llega con "muchas más ganas" que otros años por la suspensión debido a la pandemia porque la concentración les da "sangre", más aún tras haberlo pasado "muy mal", con gente que "se ha ido", por ello también ha aclarado que hay que tratar de ser "sensatos" y mantener "respeto" este año con el uso de mascarillas y las medidas para evitar contagios, aunque se tengan tres dosis de la vacuna como es su caso.

"AMISTAD" Y "BUEN AMBIENTE"

José Miguel Dilla explica que en la concentración intentan juntarse todos y, si hay alguien separado, le ofrecen que lo haga y, de hecho, el grupo que se reúne allí lo han denominado 'Los Agregados' porque puede sumarse cualquiera y se comparte lo que tienen. "Prácticamente hemos hecho una hermandad, hay una amistad que es difícil de explicar, es extraordinario", ha añadido.

'El Abuelo' ha destacado el buen ambiente que se vive en la concentración y el disfrute y comportamiento de los que acuden, sin que haya problemas entre miles de personas que se dan cita en las instalaciones durante los días que dura el encuentro, en el que todo el mundo ofrece lo que se necesite o echa una mano al de al lado si lo necesita.

Precisamente esa actitud, que es mutua entre los aficionados a las dos ruedas, muchas veces la gente no la entiende, ha incidido José Miguel Dilla, quien ha puesto como ejemplo de ese compañerismo el saludo entre motoristas cuando se cruzan en la carretera, a modo de mensaje de que, en caso necesario, siempre se está ahí para echar una mano, algo que no ocurre después en la vida privada.

Todo ello, ha insistido, se pone de manifiesto en la concentración, donde se comparten vivencias, experiencias y todo se comparte, lo que ha definido como una "terapia" que hace que todos empiecen a "calentar motores" cuando falta uno o dos meses para la cita y volverse a ver a pesar de un "mero sufrimiento" que todo el mundo avisa que va a pasar como el frío u otras inclemencias meteorológicas, algo que asume y que le hace sentirse "vivo".

El "encanto" de la cita motorista es la "amistad" que ofrecen los que asisten, que repiten e intentan inculcar a otro para que acuda y se le promete un recibimiento "como un hermano más", sin sentirse desplazado aunque vaya solo.

Así, para quien nunca ha participado, Dilla explica que los centros de reunión son cada grupo, que cada vez se van haciendo más grades, pero luego se comparte todo en común y acuden juntos a los conciertos o a disfrutar "la fiesta" que, ha recordado, no es lo único que quieren. "Es una convivencia" como la que viven los por ejemplo "creen en una religión".

Sin embargo, ellos lo hacen en torno a la afición a las motos, intercambian experiencias, vivencias, ideas o consejos, todo ello alrededor de un elemento "fundamental" como es la hoguera, donde se reúnen, se preparan las comidas, se comparte una bebida y "se quema todo" y no dejan nada, "los malos espíritus, las malas leches, todo".

RECIBIMIENTO CON "BRAZOS ABIERTOS"

En cuanto a los diferentes emplazamientos a los que ha asistido en las distintas ediciones de la concentración, considera que la ubicación actual es "extraordinaria".

Además, ha asegurado que Valladolid les recibe "con los brazos abiertos" y están encantados, pero además cree que en los pueblos donde se ha celebrado ha generado actividad, aunque no a todo el mundo le pueda gustar recibirles porque altere su tranquilidad diaria, pero sí "la mayoría".

En Valladolid ha señalado además como uno de los momentos destacados de ese recibimiento el desfile de banderas --el sábado 15-- que acerca a todos los motoristas al centro de la ciudad, jornada en la que cada año se viste de Rey Mago y trata de ver disfrutar dando "alegría".

José Miguel 'El Abuelo', de 71 años, primer motero en llegar a Pingüinos