miércoles. 24.04.2024

Un estudio llevado a cabo por dos investigadores de la UCO, como son Cristina Camacho Cruz y Rafael Valera Pérez, a través de la revista Antiqvitas del Museo de Priego de Córdoba, ha mostrado cómo eran los edificios comerciales en los arrabales occidentales de Madīnat Qurṭuba. 

Con una arqueología virtual, la investigación de los autores nos permite mostrar cuál sería la imagen que presentaría este ensanche urbano de Madīnat Qurṭuba, uno de los edificios descritos. De todos los vestigios que responden, no sólo a una forma de construir, sino también y, sobre todo, a una forma de vivir, se han conservado muy escasos restos materiales.

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Después de mostrar los materiales y técnicas empleadas en estos arrabales occidentales, la investigación desarrolla la recreación virtual de estos espacios en su fase califal, a través de la Arqueología Virtual. En este caso se trataba de recrear visualmente uno de los edificios comerciales documentados, mediante los restos recuperados directamente, paralelos asimilables y cualquier otro medio generado por la investigación científica histórica. A esto, se une la restitución de elementos muebles (cerámica, textiles, esteras o mobiliario) que completen la imagen realista de estos espacios en uso.

Sin embargo, la recreación no puede ser un fin en sí mismo; hay que plantear unos objetivos de investigación, conservación y/o difusión a alcanzar con las imágenes virtuales que se realicen. La Arqueología Virtual permite hacer accesibles restos arqueológicos que no lo son como, en este caso, porque ya han desaparecido. De este modo, la única vía de difusión posible es la recreación de estos espacios en base a la información generada durante su excavación.

Este proceso, la recreación virtual, se nutre de la observación, el análisis, la interpretación y de paralelos de estructuras similares y el conocimiento de la época a tratar. En caso de existir lagunas, se deben completar desde la lógica de cada espacio, excluyendo las opciones menos viables. El modelo siempre estará abierto a nuevos datos e interpretaciones aportadas por la investigación. El tipo de representaciones presentadas, abiertas a nuevos avances en la investigación, son pues una vía para conocer esos espacios de vida, tal y como fueron conocidos y habitados por los qurtubíes del Yanib al-Garbi. Espacios de trabajo, de contacto social y espacios en los que se desplegaría la vida en todas sus facetas.

La documentación resultante nos permite la reconstrucción de su fachada de acceso, en la que se dispondría amarres para caballerías, con vano geminado, probablemente soportado mediante sendos arcos de medio punto junto al que se dispondrían poyetes para el descanso.

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Aunque no nos han quedado restos materiales que indiquen qué tipo de producto se vendía en cada estancia, las fuentes escritas nos informan que solía tratarse de espacios especializados en la venta de un tipo de producto concreto. Los datos arqueológicos no han permitido confirmar esta hipótesis o si, por el contrario, se trataría de un espacio comercial que ofertaba diferentes productos a los habitantes de estos arrabales.

La venta se realizaba en tenderetes abiertos en los patios (suq), mientras que las estancias se usarían como almacenes y, en el caso de mercaderes no locales, como lugar de habitación (funduq).

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En el patio, un cuidado pozo surte de agua potable al edificio. En este caso, el ala oriental lo ocupa un espacio singular, destacado con un acceso elevado sobre tres escalones, que pudo ser el ámbito de trabajo de la persona encargada de la administración y control del edificio.

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El edificio conserva un andén perimetral de losas de calcarenita que permitiría recorrer las tiendas en caso de que el patio quedara embarrado; de este modo el diseño del edificio se acomoda a la necesidad de los clientes de deambular por este espacio para comparar la mercancía expuesta, en una concepción del comercio como actividad cercana. Es posible que estos andenes estuvieran cubiertos por un pórtico que no haya dejado huella en el registro arqueológico (pilares de madera y cubierta de cañizo, por ejemplo); sin embargo, los autores optaron por presentar toldos individuales en las tiendas ubicadas en las crujías más expuestas al sol (norte y oeste), para proteger a mercancías, comerciantes y clientes de los rigores del clima mediterráneo.

Una investigación muestra cómo eran los edificios comerciales en los arrabales de la...