El grupo de música sefardí Evoéh abre este jueves, a las 18.00 horas en la Sala Orive, el vigésimo cuarto Ciclo de Música Antigua Ciudad de las Tres Culturas, que organiza la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento. Evoéh interpreta el legado oral sefardí con influencias de estilos musicales muy diversos. En esta ocasión, con el programa 'La magia de la voz de la mujer sefardí', Ariana Barrabés, voz; Jesús Olivares, guitarra; y Anaïs Muñoz, danza, presentan un repertorio de una enorme riqueza tímbrica e instrumental. La entrada es libre hasta completar aforo.
Además de Evoéh, van participar en el XXIV Ciclo de Música Antigua Ciudad de las Tres Culturas el grupo de música tradicional persa Yaran Kaveh Sarvarian (viernes 16), el de música para viola de gamba Les Folies Consort (sábado 17), el grupo valenciano Capella de Ministrers (jueves 22), el dúo de viola de arco y canto formado por Fernando Marín y Nadine Balbiesi (viernes 23) y los cordobeses de Aquel Trovar (sábado 24). Todos los conciertos se celebrarán en la Sala Orive.
Evoéh
En 2016, el grupo musical Evoéh publicó su tercer trabajo discográfico titulado Cantadme Galanica: La magia en la voz de la mujer sefardí, que supuso su presentación y su punto de partida en la investigación y difusión de la tradición oral judeoespañola extendida por todo el Mediterráneo. La Galanica representa a todas las mujeres que, a la sombra, han ido transmitiendo estas canciones generación tras generación. Y es que, en la sociedad patriarcal judía, la mujer, con ayuda de canciones, velaba por la transmisión de las tradiciones y de la espiritualidad.
No podemos entender la cultura sefardí sin tener en cuenta tres aspectos fundamentales: el primero son sus raíces hispánicas; el segundo es la mezcla con las diferentes culturas con las que ha convivido en su exilio; y el tercero y muy importante radica en el hecho de ser una cultura judía.
En Al Ándalus se fusionaron musicalmente las tres culturas principales: judía, árabe y cristiana. La mujer sefardí fue quien, versionando romances y adaptando canciones populares, introdujo y enriqueció los cantos sefardíes en la vida cotidiana. Aunque estos cantos eran compartidos principalmente entre mujeres judías, algunas de ellas eran contratadas para cantar en funerales de diferentes confesiones. Eran las endechaderas u oinaderas. Éste fue su papel público más importante como cantantes.
Desde que en 1492 los judíos sefardíes fueran expulsados de la Península Ibérica, el pueblo hispanojudío se dispersó por el norte de África, el Mediterráneo oriental y Europa occidental. Este proceso de emigración fue complejo y duró generaciones. La evolución histórica y cultural de cada uno de estos tres grupos fue muy distinta. Los sefardíes que se dispersaron por gran parte del Mediterráneo pudieron mantener intactos muchos aspectos de su cultura y han despertado gran interés de los que querían conocer cómo serían esos judíos que habitaron España durante tantos siglos.
Entre esos rasgos culturales uno era la lengua y el otro su cancionero, repertorio que iba pasando de generación en generación y al que se iban incorporando nuevas melodías y letras de allí por donde pasaba. Nuevamente, la figura de la mujer sefardí es muy importante como protagonista y como transmisora en prácticamente todas las canciones.