viernes. 29.03.2024

Dentro del Festival Bauhaus 101, que ha organizado la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, mañana viernes, a las20.00, en el patio interior de VIMCORSA (acceso por Centro de Arte Pepe Espaliú – C/ Heredia, 1), habrá un concierto de Vanzetti, como actividad integrante de la exposición Triádica Autómata Danzagráfica, de Ángeles Alcántara Sánchez. La entrada al concierto es libre hasta cubrir aforo, que es de 50 personas.

Vanzetti es el proyecto del guitarrista y músico electrónico cordobés Juan Pablo Erencia. Interesado en la relación entre la música y otras disciplinas artísticas, ha colaborado con numerosos creadores y creadoras interpretando sus trabajos en directo en Una Obra (organizado por amasce), el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) o acompañando los trabajos de Juan Serrano en el Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra en Córdoba o el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz de Tenerife. Su propuesta bebe del jazz, el techno, la música experimental y el hip hop abstracto. Su último trabajo discográfico, La vida futura de Jonas Persson, es una reflexión acerca de un futuro incierto sin miedo a hablar del calentamiento global, la extinción o el suicidio. En esta ocasión, Vanzetti ha acompañado la obra de Ángeles Alcántara sobre la Bauhaus que se expone en el Centro de Arte Pepe Espaliú. A partir de este trabajo, nos presenta composiciones basadas en el juego, las formas elementales y la visión humana de la escuela de Weimar.

Exposición Triádica Autómata Danzagráfica, de Ángeles Alcántara Sánchez

El Ballet Triádico se estrenó, con moderado éxito, en la Bauhaus de Weimar el 30 de septiembre de 1922. Tres bailarines, dieciocho trajes, un escenario modesto, pocos medios, ninguna subvención... El crítico de danza Arnd Wesemann indica que «para los criterios actuales, el Ballet Triádico se consideraría la producción de un grupo alternativo». Su recorrido posterior no fue especialmente fructífero. En diez años de representaciones esporádicas por diversos escenarios de Alemania, no reunió más de 1.000 espectadores en total, cifra que da la medida de su condición de espectáculo marginal. Y, sin embargo, pocas acciones de ese Camelot de la modernidad que fue la Bauhaus siguen alumbrando e inspirando tanto con el paso del tiempo como esta pequeña pieza de danza alternativa a través de los contados documentos gráficos que dejó (fotos, bocetos, ninguna filmación...).

El Ballet Triádico nació del impulso del maestro de pintura mural de la escuela, Oskar Schlemmer. Representó la culminación de un viejo proyecto desarrollado en su juventud junto a un matrimonio de amigos, los Burger, de recuperar la mascarada o el baile de disfraces como alternativa crítica al dispositivo burgués del ballet clásico. Schlemmer parte de su atención en los movimientos de cuerpo humano y los actualiza en el contexto de la era de la máquina. Sus figurines cruzan el arquetipo de los personajes de la Commedia dell'Arte con la naturaleza misteriosa y prometeica de los ingenios mecánicos y los autómatas de Vauncanson o Jacquet-Droz. Si la máscara es el recurso que dispara el impulso al juego y a la travesura, los trajes se diseñaron para constreñir el cuerpo y limitar los movimientos. La coreografía resultante nacía de la fuerza física y psíquica de los bailarines, obligados a superar el entumecimiento de la indumentaria: un antiballet. Contemplar el Ballet Triádico era «respirar el aire de otros planetas», como en el poema de Stefan George.

Si la danza, como el cine y la música, es un arte indisociable del tiempo, ¿cómo registrar el movimiento por medio del dibujo? Como homenaje a la Bauhaus en su centenario, Ángeles Alcántara Sánchez escoge las figuras del Ballet Triádico y las dibuja, no contorneando la silueta, sino produciéndolas mediante un trazo oscilatorio a la manera del sismógrafo que registra el temblor, el movimiento. Dibujar aquí resulta de la acción de una máquina subjetiva, la dibujante-autómata, que se limita a registrar. El juego de simetrías de las figuras, sus duplicidades, sus alternancias y separaciones, el vacío intermedio, provoca una suerte de secuencia que nos introduce en la ilusión del movimiento y el baile, una fluctuación espiral imaginaria en la que creemos ver, como acompañaba Miss Gulch a Dorothy dentro del tornado, la compañía de Muybridge, la Planilandia de Edwin Abbot, la isla de los cuadrados mágicos del planeta imaginario o Ziggy Stardust.

Bauhaus 101

El 1 de abril de 2019 se cumplieron 100 años de la fundación en Weimar (Alemania) de la Bauhaus («Casa de la construcción»), proyecto educativo revolucionario impulsado por el arquitecto Walter Gropius con el objetivo de revolucionar los modos y los procedimientos de la enseñanza de la arquitectura desde los parámetros de la modernidad y las vanguardias artísticas imperantes en ese momento, y a la luz de los desafíos sociales, económicos y culturales que afrontaba la sociedad europea del periodo de entreguerras. En 2019 se ha celebrado en todo el mundo el centenario de la fundación en Weimar de la Bauhaus. Muchas son las ciudades e instituciones que se han sumado a celebrar los cien años de uno de los capítulos más estimulantes del arte europeo del siglo XX con capacidad de seguir siendo fuente de inspiración y estímulo para alguna de las problemáticas a las que se enfrenta el mundo del arte, la arquitectura y el diseño en la actualidad.

Córdoba lo ha hecho con el Festival Bauhaus 101, que ha organizado la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento en colaboración con las cinco escuelas de arte de nuestra ciudad, y que ha ofrecido un programa de acciones y actividades formativas y de creación iniciadas en 2019 y que se han prolongarádo a lo largo del primer semestre de 2020. Las actividades del festival han tenido como punto culminante la celebración del 101o aniversario el 1 de abril de 2020, una fecha impar, capicúa e inicio de centenario acorde al espíritu disruptivo y dinámico invocado por la escuela alemana.

Las cincos escuelas de arte participantes en el Festival Bauhaus 101 son la Escuela de Arte Mateo Inurria, la Escuela Superior de Arte Dramático Miguel Salcedo, la Escuela de Arte Dionisio Ortiz, el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río y el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco. El festival ha contado, además, con el apoyo de VIMCORSA, el Colegio Oficial de Arquitectos de Córdoba, la aceleradora de startups El Patio-Andalucía Open Future, el IMDEEC, el estudio de arquitectura aplicada Amasce, el bar restaurante El Astronauta y el grupo de investigación Creación, Arte Gráfico, Estética y Género (crearesgen). La dirección artística del festival ha estado a cargo de Marisa Vadillo, profesora titular de la Universidad de Sevilla y especialista en la Bauhaus, y Curro Crespo, miembro del estudio de arquitectura Amasce.

El festival Bauhaus 101 acogerá el concierto de Vanzetti este viernes en Vimcorsa