La viuda del cabo Miguel Ángel Jiménez, fallecido en diciembre pasado junto al soldado Carlos León durante unas maniobras en la base militar de Cerro Muriano, ha alzado su voz en una dura carta en la que califica el ejercicio que causó la muerte de ambos como una "locura". Según ella, el cruce del lago artificial que formaba parte de las maniobras nunca debió realizarse en las condiciones en las que se llevó a cabo.
En su escrito, María José, viuda del cabo Jiménez, natural de Adamuz, expresó su convencimiento de que las muertes "se podían haber evitado sin ninguna duda" si se hubieran tomado las medidas de seguridad adecuadas o, en su defecto, paralizado el ejercicio. La viuda lamentó que "si no contaban con los medios necesarios para que no ocurriera ninguna desgracia", el ejercicio jamás debió haberse realizado, y espera que "todo el peso de la ley caiga sobre los responsables de su muerte".
El trágico suceso ocurrió el 21 de diciembre, cuando las maniobras del Plan de Instrucción Básico llevaban semanas exigiendo al máximo a los soldados. María José relató que su esposo ya había mencionado lo agotador que estaba siendo todo, especialmente tras haber realizado otras maniobras en Zaragoza poco tiempo antes, sin apenas descanso antes de las vacaciones navideñas. "Era una locura llevar a cabo ese plan en esas circunstancias", asegura en su carta, aunque su marido, resignado, siempre decía que "las órdenes había que cumplirlas".
El pasado mes de julio, el Juzgado Togado Militar Central 2 de Madrid, encargado de investigar el caso, dictó un auto de procesamiento contra seis mandos de la base militar, entre ellos un capitán, un teniente, un sargento, un teniente coronel, un comandante y un coronel, quienes quedaron en libertad provisional. El juez utilizó términos como "caos" y "pánico" para describir cómo se desarrollaron las maniobras que resultaron fatales para el cabo Jiménez y el soldado León, y concluyó que las medidas de seguridad fueron no solo insuficientes, sino "inexistentes".
El auto también resalta la "temeridad y negligencia" del capitán al planificar y ejecutar la maniobra, señalando que el personal participante carecía de la instrucción adecuada y enfrentaba condiciones extremas de frío. El juez destacó que la práctica representaba un "peligroso desafío incluso para nadadores expertos".
Ante esta situación, la viuda ha hecho un llamado a "cambiar el sistema" para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. Además, agradeció el "apoyo" que ha recibido por parte de los compañeros de los fallecidos, así como de todas las personas que la han respaldado con "sensibilidad, amor y delicadeza".