sábado. 20.04.2024

Madrugada del miércoles 7 de septiembre, un grupo de jóvenes continúa de fiesta tras el cierre de los numerosos restaurantes de la calle Lineros en el casco histórico de Córdoba. Los jóvenes siguen de fiesta tras la cena haciendo mucho ruido para tales horas de la noche, a lo que sale un vecino al balcón para recriminarles calmado y con respeto los altos decibelios de su jolgorio, ya que una de las vecinas del bloque intenta recuperarse de una enfermedad

En lugar de parar civilizadamente los jóvenes lanzan improperios y faltas de respeto al vecino, mientras arrojan contra la pared objetos tales como vasos, hasta el punto de trepar uno de ellos por la fachada y encarar al vecino, aprovechándose de las rejas de las ventanas. Los vecinos, hartos de este tipo de encontronazos e impotentes graban el incidente y llaman a la Policía.

Esta situación, por desgracia es habitual en el casco histórico de la ciudad, donde, debido al turismo, la fiesta es incesante y los ruidos a altas horas de la noche no dejan descansar a los vecinos, llegando a producirse encontronazos cuando alguno de los mismos se asoma para quejarse. 

"Vivimos en un escenario turístico y aquí no se respeta nada. El casco antiguo se ha puesto de moda y parece que no hay normas", ha denunciado este lunes una integrante de la asociación de vecinos La Axerquía, Blanca Toscano, durante la concentración que ha reunido a una treintena de residentes en la plaza del Potro. 

Restaurantes, pubs, cafeterías y discotecas con diferentes tipos de celebraciones llenan las calles del casco histórico, lo cual resulta un gran reclamo para los turistas que acuden a la ciudad y generan ruido. "Cuando cierran los restaurantes se quedan en la calle. Hay botellón y nadie lo disuelve", denuncia uno de los vecinos que en representación del resto de vecinos de la zona  ha exigido al Ayuntamiento que intervenga para poner orden.

Los vecinos han recordado que llevan siete años pidiendo al Ayuntamiento que declare estas calles como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), pues "cada vez hay más bares". "Solo exigimos un mínimo de respeto", ha incidido Toscano, quien ha agradecido que Bodegas Campos ya se ha comprometido a ejercer un mayor control tras el incidente del miércoles, que para los vecinos ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Vecinos del casco histórico de Córdoba denuncian las "fiestas sin fin"