La Sala Capitular de la Catedral de Córdoba ha acogido este martes la ceremonia de toma de posesión de los nuevos canónigos Antonio Jesús Morales, Domingo Moreno, Joaquín Pérez y Pedro Vicente Cabello, que asume la dignidad de canónigo lectoral en sustitución de Antonio Llamas Vela.
Según ha informado el Cabildo Catedral, el acto ha sido presidido por el obispo, Demetrio Fernández, quien ha felicitado a los nuevos capitulares, al tiempo que les ha recordado los pilares fundamentales sobre los que se construye esta institución centenaria, que son "el culto, la caridad y la cultura".
Del mismo modo, ha indicado que ha querido tener este gesto de "reconocimiento y gratitud" hacia los nuevos capitulares en la recta final de su episcopado por el servicio que han prestado a la Diócesis. Ha destacado igualmente sus virtudes pastorales, su talante y su formación, pues los cuatro son doctores.
A continuación, los nuevos capitulares han prometido cumplir los estatutos que rigen la vida de la Catedral para, posteriormente y en compañía del secretario de la institución, ocupar sus respectivos asientos en la Sala Capitular. Acto seguido, toda la corporación se ha dirigido en procesión a la sillería de coro, enclave en el que ha sido públicamente anunciada su canonjía y toma de posesión de manera "quieta y pacífica".
La toma de posesión ha continuado en el altar mayor con la intervención del obispo, quien ha destacado la fundamental labor que desempeña el Cabildo Catedral y su aportación a la vida diocesana. De entre estas labores ha resaltado "el cuido del culto, pues es el lugar de encuentro de toda la comunidad diocesana". También, les ha animado a asumir las tareas que se les encomienden en primera persona, con particular atención a la acogida de los visitantes, "para que sientan la presencia de Dios además de la belleza estética".
Mientras, Pedro Vicente Cabello en nombre de los designados, ha tomado la palabra para mostrar su gratitud al Cabildo Catedral por su acogida, además de su "ofrecimiento a la misión de cuidar el culto litúrgico y el ministerio pastoral", así como a "ayudar a custodiar el patrimonio histórico y artístico del templo". La ceremonia ha concluido con el canto de la Salve Regina y un fraternal saludo.
