La ciudad de Córdoba se inunda estos días de las melodiosas notas musicales de los diferentes pianos de cola repartidos por sus calles, gracias a la iniciativa de la Fundación Jesús Serra y el Concurso María Canals, "Tu ciudad llena de pianos". Un espacio musical que permite a cualquiera que se lo proponga, dar un gran recital a los viandantes cordobeses. Una iniciativa tan atractiva y curiosa, que ni José María Bellido, alcalde de la capital cordobesa, quiso perdérselo.
En concreto, son hasta 8 los pianos de cola repartidos por las calles de la capital cordobesas en diferentes localizaciones: plaza de Las Tendillas, calle Cruz Conde esquina Calle Góngora, bulevar del Gran Capitán, calle Capitulares, avenida de la libertad, plaza de la Corredera, Puerta del Puente y en la plaza Colón. Cualquier persona que quiera podrá tocar este instrumento de 11:00 a 20:00.
El director del Concurso Internacional de Música María Canals, Jordi Didancos, ha destacado que "Córdoba se convierte durante un día en un gran escenario con ocho pianos de cola, algunos de gran cola que normalmente están en las salas de conciertos, y en el cual los intérpretes son los ciudadanos".
El propio Didancos ha acompañado al alcalde José María Bellido al piano, donde juntos han hecho una pequeña improvisación a modo de inauguración y disfrute de esta preciosa y cultural iniciativa. No es que Bellido sea un virtuoso en la materia y sepa tocar el instrumento, pero consiguió seguir el ritmo del profesional con algunas notas negras, sorprendiendo a alguno de los asistentes.
Una actuación que ha dejado claro lo que busca esta preciosa iniciativa, acercar la música a los ciudadanos, ya sean más o menos expertos, pues todos podrán disfrutar de los pianos, como ha declarado Bellido: "Pueden participar "desde músicos que quieran tocar, profesionales, amateur, aficionados, niños o gente como yo que nunca jamás había puesto una mano sobre el piano puede acercarse y disfrutar de ellos y que sirva para divulgar este instrumento".
A pesar de que ha tocado varias teclas durante poco más de un minuto, Bellido ha reconocido que ha sido "una experiencia maravillosa", pero también ha confesado que "no se ha sentido como un músico porque creo que ofendería; uno se queda con ganas de repetir".
