La presencia de un perro en un aula no es algo común, pero en Córdoba se está convirtiendo en una herramienta clave para la inclusión. El programa "Huellas en el Aula", impulsado por el Ayuntamiento, sigue expandiéndose y este año ha llegado al colegio Torre Malmuerta, donde los alumnos con trastorno del espectro autista (TEA) han podido interactuar con Emily, una perra especialmente entrenada para este tipo de terapias.
Un proyecto en crecimiento
Tras una experiencia piloto el pasado año en 12 centros educativos, los excelentes resultados han llevado a que el programa se amplíe a 18 colegios, con la participación de casi 200 alumnos. La delegada de Educación e Infancia, Narci Ruiz, ha subrayado la importancia de seguir apostando por iniciativas como esta: "Tenemos clarísimo que la inclusión es una materia en la que hay que seguir trabajando porque todos los niños de Córdoba tienen derecho a esta enseñanza no reglada". Además, ha destacado que las familias son las primeras en notar los beneficios en sus hijos.
Cómo funciona la terapia con perros
Los talleres son impartidos por la empresa Wecan, especializada en terapias asistidas con animales. Carlos Sánchez, psicólogo de la entidad, ha explicado que la primera sesión está orientada a la integración del perro con los niños, fomentando la comunicación, el desarrollo de habilidades sociales, la estimulación sensorial y otros aspectos que los docentes consideren necesarios.
"Los beneficios son muy evidentes", asegura Sánchez. "Aumenta la motivación y la atención, lo que nos permite trabajar otros objetivos de manera más efectiva". Además, ha resaltado que los perros utilizados en el programa están cuidadosamente seleccionados, entrenados y sometidos a un estricto control sanitario, además de contar con un seguro de responsabilidad civil.
Una apuesta firme por la inclusión
El colegio Torre Malmuerta es uno de los centros que han incorporado esta experiencia en su modelo educativo. Carolina Montilla, directora del colegio, ha afirmado que su escuela "apuesta al cien por cien por la inclusión", y considera que este taller es una herramienta fundamental para lograrlo.
Por su parte, Verónica García, tutora en el centro, ha destacado el impacto positivo que tiene en los niños: "A nivel sensorial y emocional es una experiencia enriquecedora, con un montón de aprendizajes que repercuten muy positivamente en ellos".
Con esta iniciativa, Córdoba sigue avanzando en la integración escolar y demuestra cómo la presencia de un amigo de cuatro patas en el aula puede marcar una gran diferencia en la educación de muchos niños.