La Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Cultura y Deporte, que preside el delegado territorial, Eduardo Lucena, ha informado favorablemente acerca del documento técnico para la construcción de un módulo de aseos en el jardín bajo del Alcázar de los Reyes Cristianos, y la restauración del pretil de su lienzo oriental. El promotor de la intervención es la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba y su presupuesto asciende a casi 200 mil euros.
El proyecto incluye también una mejora del recinto para optimizar la visita pública al monumento, con la finalidad de aumentar la dotación de servicios y garantizar la seguridad en el acceso al adarve del muro oriental.
El Alcázar de los Reyes Cristianos constituye un enclave monumental junto al Guadalquivir y conforma, junto con las Caballerizas Reales y la huerta del Alcázar, uno de los conjuntos con mayor valor patrimonial de Córdoba.
En los últimos diez años, entre las numerosas intervenciones que se han realizado en el recinto, destaca la restauración de las torres de la Inquisición y del Homenaje, de las fachadas meridional y occidental, así como de la cubierta del Salón de Mosaicos, tramitada en 2023. También se han llevado a cabo proyectos de mejora de accesibilidad al edificio y a sus jardines.
Ahora, se propone posibilitar el recorrido por el adarve del lienzo oriental y el acceso a la torre de la Paloma recreciendo el pretil interior y exterior en algunos tramos, hasta alcanzar una altura de protección de 1,10 metros. El nuevo módulo de aseos se situará al sur del jardín bajo, junto al cerramiento de la avenida del Alcázar, ocupando una superficie de 11,50 por 4 metros.
El monumento
El Alcázar Nuevo fue declarado Monumento por decreto de 3 de junio de 1931. Actualmente es Bien de Interés Cultural (BIC) y forma parte del conjunto histórico de Córdoba, protegido por Real Orden de 26 de julio de 1929 y por el Decreto 63/2003, de 11 de marzo. Además, está catalogado en el plan especial como monumento de la villa.
Este BIC del patrimonio andaluz constituye una pieza de un conjunto mucho más amplio que albergó el centro del poder político de Córdoba, integrando la residencia de los gobernadores romanos y visigodos, el Alcázar Omeya, la Alcazaba almohade y, tras la conquista cristiana de 1236, las llamadas Casas del Rey.
Como tal fortificación palaciega, el Alcázar cristiano adquiere las dimensiones con las que hoy lo conocemos tras el proyecto de Alfonso XI en 1328, que completa uno anterior de Alfonso X.
A mediados del siglo XV, en el contexto de la adaptación del edificio a las nuevas técnicas militares derivadas de la incorporación de la artillería de pólvora, debió construirse la llamada torre de la Inquisición, levantada probablemente sobre los cimientos de una torre previa de diferente morfología.
En 1482, tras la cesión del Alcázar al Santo Oficio por los Reyes Católicos, quedó instalado el Tribunal de la Inquisición, produciéndose la adaptación del mismo para un uso residencial y de tribunal eclesiástico. Con este uso se mantuvo hasta 1810, momento en que fue adaptado como cuartel de las tropas napoleónicas asentadas en la ciudad, hasta que en 1821 pasó definitivamente a manos del Ayuntamiento y con ello se remodeló como cárcel pública, manteniéndose como tal hasta 1931 cuando fue declarado monumento histórico-artístico.
Los jardines altos y los albercones y parterres aterrazados que los conforman parecen haberse generado en el último tercio del siglo XIX, en tanto que los jardines bajos, a la espalda de las Caballerizas Reales -sobre la llamada huerta de las Caballerizas- fueron diseñados y construidos por el arquitecto Víctor Escribano en la década de 1950 del pasado siglo.