El Instituto Provincial de Bienestar Social (IPBS) ha hecho públicos los datos de 2019 relativos al trabajo realizado por los profesionales de los equipos de tratamiento familiar y que ponen de manifiesto que fueron atendidos un total de 300 menores, procedentes de 154 familias.
El presidente del IPBS, Francisco Ángel Sánchez, ha explicado que “el análisis realizado refleja que el 64 por ciento de las familias que finalizaron el tratamiento alcanzaron los objetivos planteados de manera satisfactoria”.
Sánchez ha hecho hincapié en el dato positivo que emana de este estudio, “no obstante no se debe perder de vista que en algún caso podrían requerir de nuevo ayuda profesional ante cualquier eventualidad que se produjera”.
En relación con los casos en los que no se han alcanzado los objetivos planteados, “las familias y sus menores han sido derivadas al servicio competente de protección de menores”, ha añadido Sánchez.
Según el presidente del IPBS, “nuestros cuatro equipos de tratamiento familiar distribuidos por la provincia trabajan de manera directa con niñas y niños que presentan importantes carencias, siempre a través de un trabajo muy específico y cualificado”.
Sánchez ha hecho referencia a “problemas como adicciones a drogas, alcohol o ludopatías, discapacidades físicas o psíquicas, problemas de desapego emocional o educacionales, son algunas de las situaciones a las que estos cuatro equipos deben enfrentarse”.
“Todas estas situaciones de riesgo para los menores son las principales motivaciones para los profesionales que trabajan en los servicios sociales comunitarios y en los llamados equipos de tratamiento familiar”, ha explicado Sánchez.
“La tarea que estos profesionales vienen realizando es una de las prioridades por las que el IPBS viene trabajando, estableciendo mecanismos y recursos para reforzar esta línea y llegar a más familias en situación de riesgo social”, ha concluido.