CSIF exige la reclasificación del colectivo de celadores de la sanidad pública y que se les pase al grupo profesional C2. Se trata de una reclamación con la que la central sindical insta a la Administración sanitaria andaluza a que se le otorgue un mayor reconocimiento social y profesional al trabajo diario de los celadores, ya que lamentablemente aún no se les considera como personal sanitario.
Coincidiendo con la celebración del Día del Celador y de la Celadora, que se conmemora hoy, la central sindical reclama mayor visibilidad para un colectivo indispensable en el buen funcionamiento de la sanidad pública en cualquier proceso asistencial, a pesar de no ser tan valorado como otras categorías profesionales como médicos y enfermería.
Los celadores, que suman cerca de 500 profesionales en la sanidad pública cordobesa, son los encargados del traslado y movilización de usuarios y pacientes, documentación y materiales en los centros sanitarios. CSIF critica que pese a ser un colectivo profesional indispensable y tan presente en cualquier proceso asistencia, es uno de los que ha sufrido más recortes en los últimos años.
En este sentido, el Sector de Sanidad del sindicato demanda una oferta de empleo acorde a las necesidades reales de las plantillas, tanto en Atención Primaria como en hospitales. A juicio de la central sindical, es necesario una revisión de sus competencias y la creación de un Módulo de Grado Medio de Formación Profesional, dentro de la familia profesional sanitaria, que supondría la posibilidad de poder pasar al Grupo C1 según el artículo 76 del Estatuto Básico del Empleado Público.
Las funciones de los celadores vienen recogidas en el artículo 14 del Estatuto de Personal No Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social del año 1971. Para CSIF, después de más de 50 años, estas funciones se encuentran desfasadas y no se corresponden con la realidad ni con la necesidad asistencial en los centros del SAS.
Dichas funciones preconstitucionales están obsoletas y, de hecho, en ellas se refleja que la figura del celador recae en el hombre, si bien en la actualidad el número de celadoras supera al de celadores, por lo que dichas funciones necesitan urgentemente una actualización.
El colectivo también reivindica la mejora en la evaluación de puestos de trabajo según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, tanto por el incremento de las cargas, como por los riesgos de seguridad y biológicos, en una profesión con una de las mayores tasas de lesiones músculo-esqueléticas y que precisa de herramientas de trabajo ergonómicas que faciliten la prevención de este tipo de daños.
En este sentido, y mientras se lleva a cabo la creación de una nueva formación adaptada a la realidad del sistema, el sindicato solicita la realización de Procedimientos de Trabajo Seguro, cuya finalidad sea la de evitar la exposición a distintos riesgos durante el desempeño de su labor asistencial.
Además, CSIF exige un mejor reparto de incentivos y complementos que reconozca la penosidad asociada con las labores de esta categoría profesional y reclama un salario digno y unos complementos menos discriminatorios, especialmente en lo referente a la carrera profesional.