Los campos andaluces respiran aliviados. Tras semanas de intensas lluvias, los acuíferos comienzan a recargarse, los pantanos alcanzan niveles inéditos en años y los agricultores celebran el respiro que supone para los cultivos. Aunque las precipitaciones nunca contentan a todos por igual, en una provincia eminentemente agrícola y ganadera como Córdoba, estas aguas de marzo han sido, en su mayoría, recibidas con entusiasmo.
"Las lluvias han sido un auténtico salvavidas para los cultivos", afirma Antonio Monclova, técnico de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Córdoba. Especialmente beneficiados se han visto los cereales de invierno, como el trigo, la cebada, la avena o el centeno, que estaban en una fase clave de su desarrollo. "Estaban en un momento crítico, y estas lluvias han llegado justo a tiempo", explica Monclova.
También los cultivos de primavera agradecerán la humedad del suelo, aunque su plantación podría retrasarse unos días hasta que la tierra se seque lo suficiente para permitir la entrada de maquinaria. Entre ellos, el girasol —el más relevante por volumen—, el maíz, el algodón y la quinoa. No obstante, el exceso de humedad puede propiciar la aparición de hongos y plagas, por lo que los agricultores deberán estar atentos y aplicar los tratamientos adecuados cuando sea necesario.
Beneficios a largo plazo: olivar, frutales y exportación de aceite de oliva
El impacto positivo de las lluvias no solo se verá reflejado en la próxima cosecha, sino que también ayudará a la recuperación de los árboles frutales y de los cultivos de cítricos, almendros, pistachos y, en especial, el olivar. En Córdoba, el aceite de oliva es un pilar económico, siendo el segundo producto de exportación más importante de la provincia después del cobre. En 2024, las ventas de aceite alcanzaron un récord histórico de 895,8 millones de euros, un 30,1% más que el año anterior.
"Las reservas de agua estaban al límite y la recuperación de los acuíferos es clave para asegurar la producción de los próximos años", subraya Monclova. Sin embargo, no todo ha sido positivo: en algunas fincas de cítricos situadas en la Vega del Guadalquivir, particularmente en los municipios de Almodóvar del Río y Palma del Río, el exceso de agua ha provocado encharcamientos. Aunque esto podría causar estrés hídrico en los árboles y reducir la cosecha del próximo año, se trata de un problema localizado que afecta a menos del 0,5% de la producción total.
El norte de Córdoba también celebra las lluvias
Las precipitaciones han sido especialmente bienvenidas en el norte de la provincia, donde la ganadería depende en gran medida de los acuíferos y embalses. "Ver los pantanos llenos de agua tras años de sequía es un motivo de alegría", señala Juan Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Frisona de Dos Torres (Afrido). En comarcas como Los Pedroches y el Alto Guadiato, donde las lluvias suelen ser escasas, el almacenamiento de agua es limitado y la falta de recursos hídricos había llevado a los ganaderos a gastar hasta 3.000 euros mensuales en el transporte de agua desde embalses autorizados.
Una red de distribución de agua, la asignatura pendiente
Pese a la tregua que ha dado la meteorología, el sector ganadero insiste en la necesidad de crear una red de distribución de agua para evitar que futuras sequías vuelvan a poner en jaque la producción. "Contamos con tres pantanos en la zona, y aún así seguimos dependiendo del transporte de agua en cubas. Se necesita una solución estructural", reclama Sánchez.
La propuesta de conectar los embalses de La Colada y Sierra Boyera para garantizar el abastecimiento ha sido trasladada tanto a la Diputación de Córdoba como a la Junta de Andalucía. "No se trata solo de ayudar a la ganadería, sino de fijar población en el territorio y evitar el abandono rural", concluye Sánchez.
Con el suelo empapado y los pantanos recuperados, el campo cordobés mira al futuro con renovado optimismo. Sin embargo, la necesidad de inversiones estratégicas sigue siendo un desafío para garantizar la estabilidad de la producción agrícola y ganadera a largo plazo.