sábado. 20.04.2024

Portada del Real de la Feria. 2014.

Patricia Monterroso. La Feria de Córdoba, que arrancaba a las 12 de esta noche con su tradicional alumbrado, se celebra en honor a Nuestra Señora de la Salud. Cuenta la leyenda, y así nos lo cuenta la Licenciada en Historia, Geografía e Historia del Arte, Toñi Benavente, que sus orígenes se remontan hacia la mitad del siglo XVII, concretamente a 1665. Todo se lo deberíamos a Bartolomé de la Peña y Simón Toro, “dos labradores que, estando por las inmediaciones de la Puerta Sevilla, encontraron en un pozo una pequeña imagen de la Virgen”.

En poco tiempo comenzaría a extenderse el rumor de que las aguas de aquel pozo tenían propiedades curativas, lo que hizo que muchos cordobeses peregrinaran al lugar a mejorar su salud. Es por eso que la imagen comenzó a conocerse como Nuestra Señora de la Salud.

Solo 8 años después del hallazgo, en 1673, se levantó una pequeña ermita. Allí se rendía culto a la Virgen con una pequeña velada y se celebraban procesiones en honor a Nuestra Señora de la Salud. La afluencia de devotos llevó a muchos vendedores a acercarse al lugar terminando por convertirse en una “feria” -similar a las organizadas en la Iglesia de Santiago y de San Agustín- que se celebraba los primeros días de Pentecostés.

Es a principios del siglo XIX, en 1803, cuando la feria se traslada junto a la Puerta de Gallegos con el objetivo de acercarla hasta la Plaza de Toros, situada en el Campo de la Merced. Será en 1820 cuando la Feria se traslade a los Jardines de la Victoria.

En 1905, a petición de la Hermandad de Labradores, se aprueba el cambio definitivo de la fecha de la feria al 25 de mayo, fecha que prevalece hasta nuestros días.

En el año 1924, se produce la primera acometida de electricidad para ser utilizada en la feria y aparecen las primeras casetas particulares.

Poco a poco la feria de Nuestra Señora de la Salud va evolucionando hasta convertirse en la gran celebración que es hoy. Concretamente este año, tras el encendido de la portada, los cordobeses y visitantes tendrán por delante ocho días de festejos, finalizando el sábado 31 de mayo.

Las primeras ferias.

Cartel de Feria de 1913 de Julio Romero de Torres. / Foto: Blog Descubriendo Córdoba con rutas por Córdoba

Los textos más antiguos que se conservan se remontan a mucho tiempo atrás. Se trata de un Real Privilegio conservado en el Archivo Municipal de Córdoba concedido el 5 de agosto 1284 por el Rey Don Sancho IV. Se concedió al Concejo de Córdoba con el fin de que pudieran celebrarse en la ciudad dos ferias francas anuales dedicadas a la venta de productos agrícolas y ganaderos. La primera de ellas tenía lugar el día de cincuesma y la otra el primer día de cuaresma. “Ésta última se hacía coincidiendo con la celebración de la Semana Santa, y la cincuesma coincidiendo con Pentecostés, entre mediados de mayo y principios de Junio”, explica Toñi Benavente.

Ambas ferias tenían una duración de 15 días y, con el fin de reactivar las transacciones comerciales y la economía, “los comerciantes estaban exentos del pago de las almojarifazgo -impuestos sobre los artículos importados- como lo recoge una Real Provisión dictada por los Reyes Católicos en 1494 y conservada en el Archivo Municipal de Córdoba”, apunta Benavente, autora también del Blog Descubriendo Córdoba con rutas por Córdoba.

Los espacios públicos donde se comenzaron a celebrar estas ferias fueron a las afueras de la muralla de la Villa, en el sector oriental de la ciudad -Axerquia-, “lo que conocemos como La calle de la Feria, Plaza de la Corredera y Plaza del Potro, ya que ese espacio, tras la llegada de Fernando III a Córdoba, era un lugar abierto (según nos cuenta Teodomiro de Arellano en Paseos por Córdoba)”.

Las primeras ferias cordobesas se remontan a 1284