La solidaridad en España es cada vez mayor cuando se trata de algún problema humanitario. Si antes teníamos que ayudar por la pandemia del Covid-19, ahora es el turno de ayudar a los refugiados que huyen de la guerra en Ucrania. Son muchas las personas que han cogido sus propios vehículos y han iniciado un largo camino hacia la frontera de Polonia con Ucrania.
En Córdoba, destaca la acción de José Luís Martínez. Hace unos días os contábamos cuál era su plan para poder colaborar con los que más lo necesitan en este momento. Y hoy podemos decir que ese objetivo que se marcó cuando salió de Espiel lo ha conseguido.
Tras más de 3.000 kilómetros en coche que separan el pueblo cordobés de Medyka, ciudad polaca, pudo entregar los materiales médicos que había recaudado para ayudar al pueblo ucraniano. Sus planes no terminaban en llevar únicamente ayuda, sino en traerse a una familia a Córdoba. Por este motivo, ayer recorrió 419 kilómetros hasta Varsovia, ciudad en la que había quedado con la familia que iba a traerse con él. Allí logró reunirse con tres adultos y un niño.
En el punto de reunión coincidió con muchos españoles que se habían trasladado hasta allí para realizar la misma operación que él. De hecho, en uno de los vídeos que ha publicado en Facebook da a conocer la labor que están realizando muchos taxistas de Madrid. Uno de esos taxistas explica que se han trasladado hasta allí un total de 32 vehículos y 2 autocaravanas, por lo que podrán traerse a un total de 140 personas.
Ayer a media mañana pusieron rumbo a Alemania, un camino un tanto complicado debido a que el pequeño se mareaba constantemente. Posteriormente, tuvieron bastantes problemas para encontrar un lugar en el que pasar la noche. Alemania no es como España, según nos cuenta, a las 17:30 ya no hay nadie en la calle. Con la ayuda de una amiga de José Luis, que es nativa alemana, pudieron desviarse de la autopista en Dresde. Allí encontraron el único hotel que tenía la recepción abierta.
Esta mañana sobre las 9:00 siguieron su camino por carretera y la intención que tiene es “llegar a dormir hoy a Francia”. Todavía no saben en qué ciudad lo harán, pero lo que tiene claro es que quiere “llegar lo más lejos posible para que mañana nos quede como máximo 1.000 o 1.100 kilómetros”.
En estos momentos lleva 5.150 kilómetros aproximadamente entre ida y vuelta. El cansancio lo va notando, pero asegura que “la historia que lleva detrás de todo lo vivido y de esta familia te quita el cansancio y todo”.
Muy pronto, una nueva familia llegará a Córdoba para reunirse con la hermana de una de las refugiadas, que vive en la ciudad andaluza. Dejan atrás el horror de la guerra para reencontrarse con algunos familiares.
