Una vez publicada la finalización de la campaña de recogida de naranjas en nuestra ciudad mediante el uso de vibradoras, esta asociación ha venido desarrollando un seguimiento de esta actividad y, tras su conclusión, ha realizado un muestreo aleatorio para conocer los efectos de esta práctica en la salud de los naranjos.
La recolección mecanizada con vibradores de tronco se basa en realizar una serie de sacudidas a los árboles aparentemente violentas desde la base del tronco durante un tiempo determinado. Estas vibraciones, dependiendo de la máquina, los operadores, las maniobras de la misma para alcanzar el tronco y las condiciones del cultivo, pueden causar daños a los árboles como el desprendimiento de las hojas, flores y frutos jóvenes, rotura de ramas y/o raspaduras de corteza. A través de estudios de técnicas de mejora para la recogida de fruta, se sabe que se puede calcular la vibración necesaria para el derribo del fruto y conocer las frecuencias óptimas de vibrado en función del tipo de árbol. Es muy importante el diámetro y la altura de agarre así como el tiempo de actuación para dañar lo mínimo posible al árbol.
Se ha podido comprobar que se producen lesiones generalizadas en la corteza de los naranjos, pero algunas de ellas se consideran como graves dada la superficie y porcentaje con respecto al diámetro del tronco. Esta asociación, a través de los muestreos realizados, ha cuantificado que un porcentaje algo superior al 7% de los árboles tiene daños graves. Teniendo en cuenta que, según SADECO, existen 28.700 naranjos en nuestra ciudad, se puede afirmar que, al menos, existe un total de 2.009 árboles que sufren lesiones severas. Estos ejemplares verán limitada su vida debido a las heridas en su corteza y serán objeto de los hongos y pudrición a medio plazo.
Se estima que, si no se mejora el sistema de recolección, en el plazo de 10 años, el número de árboles gravemente dañados podría ascender a 20.000. Además, la recolección se ha extendido en el tiempo, abarcando parte del inicio del período reproductor de las aves que habitan en los naranjos y con seguridad se han derribado nidos, como nos
han comunicado vecinos que lo han observado.
Por todo ello se ha solicitado al Ayuntamiento:
1. Estudios que se han utilizado para justificar el uso de vibradores y la programación del sistema de control de la presión de amarre.
2. Estudios en los que se basa la programación del sistema de control de la velocidad de giro del motor vibrador.
3. Certificación técnica del programa utilizado para garantizar que el sistema es acorde con los estudios realizados para minimizar los daños y no dependiendo del operario que maneja la vibradora.
4. Autorización de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente que le habilita para utilizar la vibradora en el mes de febrero con el consiguiente perjuicio para nidos y aves.