viernes. 18.04.2025

Finalizada la Semana Santa, la diócesis de Córdoba entrará en una nueva etapa con el relevo en su cúpula eclesiástica. Demetrio Fernández, quien ha estado al frente de la diócesis durante los últimos 15 años, se prepara para despedirse y dar paso a su sucesor, Jesús Fernández. En un tono distendido y con su característico carisma, el obispo saliente ha asegurado que no se trata de un momento triste, sino del comienzo de una nueva etapa.

El anuncio del nombramiento se ha acompañado de una carta de bienvenida al nuevo obispo, en la que Demetrio Fernández ha expresado su satisfacción con la elección y ha destacado las fortalezas de la diócesis cordobesa. "Es como si te hubiese tocado la lotería", le ha dicho a su sucesor, recordando sus propias palabras de hace 15 años cuando él mismo asumió el cargo y comparó su nombramiento con ganar el Gordo de Navidad. Para el hasta ahora obispo, Córdoba es "una diócesis con una gran riqueza en vida cristiana, con un clero muy unido y entregado, sin grandes problemas, donde se trabaja mucho pero también se disfruta".

"El obispo ahora es él, yo paso a un segundo plano"

Demetrio Fernández ha dejado claro que su papel ahora será distinto. Tras ser designado obispo emérito, ejercerá como administrador apostólico durante los próximos dos meses, hasta que Jesús Fernández tome posesión el 24 de mayo. "Ahora el obispo es él, yo paso a estar bajo sus órdenes y tendré que aprender a estar en un segundo plano, lo cual no es fácil", ha admitido.

En cuanto a su sucesor, ha destacado su carácter afable y accesible: "Es un hombre muy cercano, sencillo y con gran experiencia. Estoy seguro de que se integrará bien y será bien recibido". Sin embargo, ha subrayado que no pretende marcarle ninguna hoja de ruta: "No tengo que decirle nada, él es libre de establecer sus prioridades y dirigir la diócesis según considere oportuno".

Un balance de su trayectoria en Córdoba

Durante el acto de despedida, celebrado en el Obispado, Demetrio Fernández ha hecho un repaso por sus años en el cargo, afirmando haberse sentido "muy bien acogido desde el primer momento". Con humor, ha reconocido que el paso del tiempo se hace notar: "Ya no soy un joven sano y lo noto", provocando las risas de los asistentes.

Finalmente, en su mensaje al nuevo obispo, ha querido recalcar su respeto y lealtad: "Desde el primer momento, le ofrecemos nuestro más profundo respeto y obediencia, como a quien representa a Cristo en medio de esta diócesis milenaria". Con estas palabras, Demetrio Fernández cierra un capítulo de su vida eclesiástica, dejando en manos de su sucesor el futuro de la diócesis de Córdoba.

Demetrio Fernández se despide de Córdoba tras 15 años al frente de la diócesis