jueves. 28.03.2024

Durante 2022, el personal de la institución humanitaria visitó tanto los cerca de 20 campamentos que hay, a día de hoy, repartidos por la capital, como otros enclaves similares en puntos de la provincia como Rute, Baena, Priego de Córdoba o Adamuz, entre otros.

La diferencia principal entre unos y otros radica en que, mientras los primeros son asentamientos más o menos estables, los de la provincia son más provisionales, pues suelen estar habitados por trabajadores temporeros de diferentes campañas agrícolas, como la de la aceituna o la del ajo.

“Debido a la crisis sanitaria, estas campañas han tenido en los últimos años menor afluencia de la habitual”, explica Eva Arévalo, trabajadora social del programa de Inmigrantes de Cruz Roja, lo cual no ha disminuido la intervención que desde la entidad se le ofrecía a este colectivo, sino más bien al contrario, dada la especial vulnerabilidad del mismo en el actual contexto.

Las personas que viven en asentamientos constituyen un grupo de población muy vulnerable. Especialmente duros para ellas fueron los meses del confinamiento durante los peores momentos de la pandemia. Pero siempre, tanto entonces como ahora, somos conscientes de sus precarias condiciones de vida y, por tanto, tratamos de apoyarlas, de estar cerca de ellas, a través de nuestro voluntariado”, comenta Arévalo.

Para esta labor, la institución humanitaria cuenta con el apoyo de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad –que financia dos proyectos en los que se trabaja con este colectivo, el de ‘Atención a personas vulnerables en asentamientos’ y el de ‘Integración de inmigrantes’- y del Ayuntamiento de Córdoba, con quien tiene suscrito un convenio para abastecer de agua cada quince días aproximadamente a un asentamiento de la capital que carece de acceso a agua potable.  

En el marco de estos proyectos, Cruz Roja ofrece una atención socio-sanitaria a los inmigrantes y favorece su acercamiento a los recursos sociales normalizados; de hecho, en muchas ocasiones se les acompaña y se les asesora para la tramitación de documentos tales como el pasaporte, el NIE o la tarjeta sanitaria.

De igual modo, en dichas visitas la organización les reparte material de ayuda humanitaria, entre el que se incluyen mantas, kits de higiene y de prevención frente al Covid-19 o productos materno-infantiles.

Asimismo, el personal de Cruz Roja distribuye diversos alimentos no perecederos, como pasta, harina, atún, leche o tomate.

Durante el pasado año, el voluntariado de la institución humanitaria atendió en dichos enclaves a 580 personas, en su mayoría hombres de Marruecos y de Rumanía con edades comprendidas entre los 18 y los 49 años. 

Esta labor en los asentamientos es sólo una de las diversas acciones que desarrolla la entidad dentro de su programa de atención a inmigrantes, cuyo objetivo general es hacer frente a las causas generadoras de vulnerabilidad en este grupo de población, al tiempo que se le proporciona toda la ayuda necesaria para llevar una vida digna y lograr su plena integración en la sociedad de acogida.

Medio millar de personas en los asentamientos de Córdoba reciben ayuda de Cruz Roja