La ciudad de Córdoba ha dado un paso significativo en su esfuerzo por mejorar la calidad del aire con la instalación de cinco nuevos puntos de medición. Estos dispositivos, gestionados por la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento, son fundamentales para el seguimiento y control del impacto del tráfico en la calidad del aire, especialmente en el contexto de la implementación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Hasta ahora, Córdoba contaba con solo cuatro estaciones de medición instaladas por la Junta de Andalucía, ubicadas en Vial Norte, Lepanto, Parque Joyero y Asomadilla. Sin embargo, la expansión con estos cinco nuevos puntos permitirá un monitoreo más detallado y preciso, tanto en el perímetro como en el interior de la ZBE.
Las nuevas ubicaciones seleccionadas para estos dispositivos incluyen puntos estratégicos como Ronda de los Tejares, la avenida de Barcelona, Llanos de Pretorio y Las Tendillas. Estas áreas se han integrado en el contrato de mantenimiento de semaforización, gestionado por la UTE Acisa-Aceinsa. Además, un quinto punto se ha establecido en el carril bici de la Ribera, este último destinado a medir el paso de bicicletas, y ha sido instalado por la empresa cordobesa Interlight.
La instalación de estos nuevos dispositivos está alineada con la nueva Ordenanza de Movilidad de Córdoba, la cual establece que la monitorización de la calidad del aire debe coincidir con las zonas Acire ya existentes. Este esfuerzo no solo mejora la cobertura de medición en la ciudad, sino que también proporciona datos esenciales para la toma de decisiones futuras en relación a la movilidad y la sostenibilidad urbana.
Bernardo Jordano, delegado de Movilidad, ha destacado que esta ampliación permitirá obtener una imagen más completa y precisa de cómo el tráfico afecta la calidad del aire en diferentes zonas de la ciudad. "A partir de ahora, podremos tener una radiografía más fiel de la incidencia del tráfico en la calidad del aire", afirmó Jordano, subrayando que aún quedan áreas por cubrir, pero que estos avances ya representan un paso crucial hacia un control más riguroso y efectivo del aire que respiran los cordobeses.