El balance climático de 2024 deja un año lleno de altibajos y peculiaridades. Aunque el verano no fue especialmente extremo, el conjunto del año registró temperaturas que, comparadas con las medias históricas más antiguas (1961-1990), reflejan un calentamiento significativo. Sin embargo, en relación con la media más reciente (1991-2020), las anomalías fueron más moderadas, posicionando a 2024 en el undécimo lugar de los años más cálidos desde 1959.
Inicio del año con temperaturas anómalas
Enero y febrero destacaron por estar muy por encima de la media, con anomalías de 1.8 °C y 1.4 °C respectivamente en comparación con el periodo 1991-2020. Durante estos meses se alcanzaron récords históricos, como los 23.5 °C del 25 y el 27 de enero, superando registros previos. En contraste, los días más fríos dejaron mínimas bajo cero, siendo -1.9 °C la más baja registrada el 8 de enero.
Marzo, por su parte, mostró un patrón mixto: pese a estar solo 0.3 °C por debajo de la media, dejó un récord notable en las mínimas, como los 17.3 °C del día 22.
Primavera y amplitudes térmicas extremas
Abril y mayo evidenciaron contrastes significativos entre mínimas y máximas. En abril, mientras las temperaturas mínimas estuvieron 0.9 °C por debajo de la media, las máximas se situaron 1.7 °C por encima. Mayo, además de ser uno de los más secos registrados (con solo 0.3 mm de precipitación), marcó amplitudes térmicas históricas: desde los 3.4 °C del 2 de mayo hasta los 39.4 °C del 30 y 31 de mayo.
El verano: cálido, pero sin récords absolutos
Aunque julio y agosto no rompieron récords, ambos meses estuvieron por encima de sus medias con anomalías de 0.4 °C y 1.1 °C, respectivamente. Julio registró hasta 11 días con máximas superiores a los 40 °C, destacando los 42.9 °C del día 24, y 12 noches tropicales (mínimas por encima de 20 °C). En agosto, aunque la temperatura máxima no superó los 41.2 °C, la media de las máximas fue la cuarta más alta de la serie histórica.
Otoño: de anomalías positivas a ligeros descensos
Septiembre, con una anomalía negativa de 0.6 °C, rompió la tendencia cálida del verano. Octubre mantuvo una ligera bajada, quedando 0.1 °C por debajo de la media, pero con mínimas 1.1 °C superiores y máximas 1.3 °C inferiores. En cambio, noviembre volvió a destacar por una importante anomalía positiva de 2 °C, consolidándose como uno de los noviembres menos fríos en mínimas y más cálidos en promedio.
Diciembre y el cierre del año
Diciembre finalizó con una anomalía negativa de 0.7 °C respecto a la media, un contraste notable con los meses anteriores. Las mínimas cayeron 2.7 °C por debajo de la media, reflejando un cierre más frío de lo esperado.
Un año de récords y comparaciones históricas
Comparado con la media histórica 1961-1990, 2024 sería un año extraordinariamente cálido, con 1.4 °C por encima en promedio. Las máximas superaron en 1.7 °C esa referencia, y las mínimas estuvieron 1 °C por encima. Sin embargo, frente al periodo 1991-2020, las diferencias fueron menos marcadas, aunque aún notables en eventos puntuales y variaciones estacionales.
El 2024, aunque sin ser un año de extremos constantes, deja un registro climático que subraya la tendencia al calentamiento y la variabilidad, marcando pautas a seguir en el análisis del cambio climático.