El debate sobre la publicación del libro El odio, basado en las confesiones de José Bretón, sigue generando reacciones. La consejera de Inclusión Social de la Junta de Andalucía, Loles López, ha manifestado su firme rechazo a la publicación de la obra, argumentando que revictimiza a la madre de los menores asesinados y reabre una herida difícil de cerrar.
"Hay que ponerse en la piel de ella, entender lo que es revivir todo esto otra vez. El caso de Bretón pone los pelos de punta a cualquiera", declaró López en una entrevista concedida a Canal Sur Radio. A pesar de que el derecho constitucional a la libertad de expresión y publicación pueda chocar con esta postura, la consejera ha insistido en que su opinión es clara.
Anagrama paraliza la distribución de ‘El odio’
Las declaraciones de López llegan después de que la editorial Anagrama anunciara la semana pasada su decisión de suspender indefinidamente la distribución del libro. Aunque la Fiscalía solicitó medidas cautelares para frenar su publicación, los tribunales finalmente denegaron la petición. Aun así, la editorial optó voluntariamente por detener el lanzamiento.
En un comunicado, Anagrama expresó su “respeto absoluto” hacia Ruth Ortiz, madre de los niños asesinados, y lamentó el dolor que la difusión del libro haya podido causarle. Además, quiso dejar claro que el único autor de la obra es Luisgé Martín y negó cualquier tipo de pago o beneficio económico para el condenado.
"Me alegro de que no se publique", sentencia la consejera
López no dudó en celebrar la decisión de la editorial. "Me alegro mucho de que no lo publiquen, como persona. Pero si la decisión judicial hubiera sido otra, tendría que respetarla", afirmó.
El libro, que recogía el testimonio de José Bretón sobre el asesinato de sus hijos en Córdoba en 2011, ha sido objeto de un intenso debate público y legal. Mientras algunos defienden su valor literario y testimonial, otros consideran que su publicación reabre una tragedia y genera un sufrimiento innecesario a la familia de las víctimas.
Por el momento, la distribución sigue paralizada, pero la controversia continúa abierta.