viernes. 19.04.2024

La organización ecologista WWF a raíz de las altas temperaturas, la sequía y los incendios que ha habido a lo largo de este verano se pregunta cómo será el clima en Europa en 2030 y cómo será su evolución cuando llegue a 2050. El modelo de predicción de esta organización se basa en mantener el volumen de agua que actualmente se reserva para regadío y, por ello, advierte de que el 17% de la población europea corre un alto riesgo de escasez hídrica. España, junto con Grecia, será uno de los países donde la alerta sea mayor. Y no solo eso.

En concreto, WWF coloca a Córdoba como una de las ciudades del continente donde la situación será más extrema. Sevilla, Granada y Murcia también serán otras que vivan una circunstancia similar.

"Europa se queda sin agua y atraviesa su verano más crítico tras sufrir olas de calor y sequías históricas que han dejado a los ríos a niveles mínimos", avisa la asociación conservacionista, que reclama "un cambio profundo hacia un nuevo modelo de gestión del agua en el que la demanda se ajuste a los recursos disponibles, y así garantizar agua para la naturaleza y las personas.

En 2050 Europa, según WWF, "será aún más propensa a las sequías y a la escasez de agua". En esa década se espera, por ejemplo, que en Grecia el 82% de su población y su PIB podrían depender de zonas con riesgo alto o extremo por falta de agua. Por otro lado,  el 75% de la población y el PIB de España podrían enfrentarse a un riesgo alto; es el caso de Córdoba.

En este contexto, "los gobiernos, administraciones y empresas deberían sentir vergüenza al seguir haciendo la vista gorda ante estos riesgos recurrentes y basando cada vez más su planificación y economía en el uso mayor del  agua, como si estos riesgos se fueran a resolver por sí solos", advierten.

España es un caso paradigmático del problema, pues pese a que un 75% del territorio nacional está en peligro de sufrir desertificación, "ha apostado en sus planes hidrológicos por un modelo de gestión del agua que prioriza el uso de este recurso para los cultivos de regadío intensivo e industrializados que consumen el 80% del agua". Esta gestión hídrica "suicida" y la sobreexplotación de los recursos han llevado de nuevo a que los embalses nacionales estén a mínimos históricos. 

"Esto demuestra -advierte WWF- el fracaso de la modernización de regadíos llevada a cabo desde 2005, con la supuesta finalidad de ahorrar agua para las cuencas, y habiendo aumentado la superficie regada en un 11%".

Además, en aquellas zonas donde no existe agua disponible en ríos y embalses, "se hace uso del agua subterránea, poniendo en peligro las reservas de agua del futuro, a pesar de que existen más de 80 acuíferos que actualmente se encuentran sobreexplotados", incide el colectvio.

Desde WWF, solicitan a las administraciones competentes (el Gobierno central y las diferentes comunidades autónomas) que "den un giro radical en la gestión del agua e impulsen un nuevo modelo que reduzca las demandas del regadío a los recursos realmente disponibles". También que "apuesten por el ahorro a través de nuevas tecnologías para garantizar la seguridad hídrica de las personas y que haya suficiente agua para la naturaleza". "Si no cambiamos las políticas del agua hoy, no se evitarán las sequías de mañana", advierten.

Además, insisten en que los trasvases, como el que se va a hacer en Córdoba de La Colada a Sierra Boyera, "no son la solución para la escasez". "Necesitamos otro modelo de producción que deje de invertir en intensificar y realizar nuevos regadíos, que apoye los cultivos de secano, como una opción más sostenible, y persiga y erradique el robo del agua. Además, necesitamos invertir en soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la salud de los ríos, humedales y acuíferos y hacerlos más resilientes a los efectos del cambio climático", razonan.

¿Cómo sobreviviría Córdoba a la sequía extrema?