La Delegación de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha colocado 20 cajas nido para potenciar la colonia de vencejos pálidos y para compensar la ausencia de espacios potenciales para la nidificación en la zona.
En el CEIP Colón existía una amplia colonia de vencejos pálidos, y como con- secuencia de la última reforma de sus tejados en la que fueron selladas las oquedades que usaban los vencejos para sus nidos, se quedaron sin espacios para la nidificación.
Esta actuación es fruto de la colaboración de dicha Delegación con Ecologis- tas en Acción, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) y el CEIP Colón, y posibilita convertirse en un espacio de sensibilización y educación para cono- cer la importancia de los vencejos como aves insectívoras que ayudan a con- trolar la población de mosquitos.
Características de las cajas nido.
Las cajas nido necesitan un habitáculo de unos 30x13 cm y un orificio situado en un lateral de 3x8 cm. Deben ser colocadas a una altura mínima de 4 me- tros y la orientación ideal es norte, debiendo evitar la orientación sur para prevenir excesiva insolación.
Con el fin de atraer a los vencejos a las cajas nido, desde SEO se les va a fa- cilitar al CEIP Colón un emisor de sonidos que tendrá grabado el reclamo de estas aves en el momento de su apareamiento.
Además de la instalación de dichas cajas nido, el Servicio Educativo del Cen- tro de Conservación Zoo Córdoba junto a SEO-Birdlife van a mantener una sesión informativa con los cursos de 1o y 2o del CEIP Colón el viernes 21 de abril.
Características de la especie.
En el caso del entorno del CEIP Colón, la especie de vencejo que forma la co- lonia es el ‘Vencejo Pálido’, ave insectívora que pertenece a la familia Apodi- dae (Apus pallidus).
Es una especie migratoria. Todo el sur y levante constituyen su zona de cría en la península ibérica, así como en algunas zonas del oeste peninsular. Llega a la península a finales de febrero y permanece entre nosotros hasta los me- ses septiembre u octubre.
Finalizado este tiempo retorna a África para pasar el invierno, en una amplia franja al sur de Sáhara. Los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire: comen, duermen y copulan volando. Únicamente se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos. Permanecen en vuelo ininte- rrumpido durante nueve meses al año.
Las crías abandonan el nido una mañana volando súbitamente, sin necesidad de aprendizaje previo, y no retornan a él jamás.
De noche, estas aves se elevan hasta los 2000 metros de altura y allí duer- men, volando. Durante el sueño el aleteo se reduce de los habituales diez movimientos por segundo a tan solo siete.
Debido a sus extraños hábitos aéreos, aún se desconocen muchísimas cosas de la vida de estas aves. A causa de su especial morfología alar y sus cortas patas, si caen al suelo experimentan gran dificultad para remontar el vuelo y necesitan hacerlo desde un sitio elevado.
Nidifica generalmente de mayo a junio, poniendo de 2 a 3 huevos en cavida- des sin revestir, en grietas de riscos, cuevas, además de tejados y oquedades de muros y edificios. Puede realizar 2 nidadas por temporada. Culminando así el periodo de cría de muchos ejemplares en octubre y excepcionalmente se pueden avistar a principios de noviembre.
Son aves que desempeñan una función muy importante en el control de las poblaciones de insectos que actúan como vectores de enfermedades para el hombre o plagas para los cultivos.
Debido a los importantes servicios ecosistémicos que nos prestan y al hecho de que estas aves pasan entre nosotros el período más importante para la especie, la reproducción, la ley les confiere una especial protección.
La protección de estas aves urbanas está garantizada por la Directiva Euro- pea de Aves 2009/147/CE del Parlamento Europeo y por la legislación nacio- nal, mediante el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Es- pecial y el Catálogo Español de Especies Amenazadas, recogido en el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero; y la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, donde se recoge la protección de crías y huevos, prohibiendo expresamente “la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos”.
