viernes. 19.04.2024

Día Internacional de la Enfermería

Ayer fue el primer día del resto de nuestras vidas. Dicen, los que saben de esto, que nada volverá a ser igual.

Hoy es el Día Internacional de la Enfermería. Celebramos el cumpleaños de Florencce Nigthingale, la precursora de la Enfermería moderna, a quien enviaron al frente en la guerra de Crimea, a curar a los heridos y cuyo trabajo sirvió de fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja.

Hoy para mi es día de hacer balance, de reflexionar, de pensar en todo lo ocurrido y de mirar al futuro con esperanza.

Hace dos meses empezaba la pesadilla que nos ha arrebatado esta primavera, alejado de nuestros seres queridos. No obstante, me gusta sacar siempre el lado positivo de las cosas y entre otras, la situación vivida nos ha permitido ver las miserias y virtudes de cada uno. Han sido días de caos, de buscar respuestas sin tenerlas, de sufrir, de incertidumbre, de riesgo, de preocupación, de constante “estado de alarma” pero también de mucha solidaridad, humanidad, disposición, de saber estar y sobre todo, de aprender, de mucho aprender.

Tengo la suerte de trabajar en un hospital donde somos una pequeña familia, nos conocemos desde hace muchos años y en los momentos duros, se nos da bastante bien eso de hacer piña y seguir adelante. Básicamente y en resumen, eso es lo que se ha hecho.

Hemos pasado miedo, seguramente más por nuestras familias que por nosotros mismos. Decíamos al principio “vamos a caer todos” pero, al contrario de lo que hacen otros, aquí habéis estado dando un paso al frente, superando el miedo y mostrando la mejor versión de cada uno. Son innumerables las veces que he escuchado: “Carlos, sé que esto es muy difícil… Para lo que necesites, aquí estoy”.

No puedo dejar de acordarme de los compañeros contagiados, algunos con más dificultad que otros, pero todos evolucionan favorablemente, algo que me tranquiliza. Todos me transmiten que están deseando volver… No se puede ser más valiente.

No quiero olvidarme de nadie y me gustaría felicitar a este gran equipo por la labor diaria realizada, desde nuestras limpiadoras que con su excelente trabajo han mantenido “el bicho” a raya; los compañeros de mantenimiento realizando modificaciones exprés para adaptar la infraestructura del hospital a la situación; el equipo de cocina que ha ofrecido a enfermos; familiares y profesionales con sus menús preparados con cariño, el equipo de farmacia que ha racionado el material que, a pesar de las criticas y gracias a ellos, podemos decir que no nos han faltado; el equipo de celadores, siempre dispuestos para facilitar el trabajo del resto de compañeros; las compañeras de la oficina y admisión, tan eficientes como de costumbre; las auxiliares y enfermeras de hospitalización y quirófanos que, a pesar de estar expuestas a esta lotería, han atendido a los pacientes con la calidad humana a la que nos tienen acostumbrados. Quiero también mandar una felicitación y mi máximo reconocimiento a la labor realizada tan por el personal de Urgencias, Uci y como no, a las “chicas de la cuarta”, que han trabajado directamente con los pacientes contagiados, dejándose literalmente el pellejo de caras. Al equipo de Medicina Interna, médicos de Urgencias y UCI, por mostrar especial sensibilidad con los pacientes y el personal de Enfermería, ofreciendo la mejor atención y minimizando la exposición, ejemplo claro de lo que significa trabajar en equipo.

No me quiero olvidar del equipo de Dirección, que ha tomado decisiones difíciles atendiendo siempre a la seguridad y el bienestar de los pacientes y los profesionales, sin importar cuánto ni cómo. Y quiero felicitar también por su entrega y grado de implicación, al trío de damas con el que tengo la suerte de trabajar a diario. Habéis sido y sois para mí un pilar fundamental en la gestión diaria de esta crisis.

Mi mención especial la merece Manuel López, Director médico del Hospital, que ha sido punta de lanza marcando el paso que había que llevar en esta batalla. Nunca olvidaré lo que me dijo en los primeros lances: “Carlos, no nos podemos dejar llevar por el miedo, debemos hacer lo que digan las órdenes del Ministerio”… Llevaba toda la razón. Gracias a ti, Manuel, todos hemos estado un poco más seguros y menos perdidos.

Aunque hoy celebramos el Día Internacional de la Enfermería, me apetecía dedicaros unas palabras de agradecimiento a todos los que os dedicáis a esto de mejorar la vida de los pacientes, porque, aunque no compartimos profesión, compartimos vocación y eso nos hace trabajar día a día con un objetivo común.

Ha llegado el momento de retomar nuestros proyectos aparcados, la actividad, de estar más unidos que nunca, de continuar mejorando, de demostrar de lo que realmente somos capaces.

Este 2020 también es el año de la enfermería. En este primer examen, estamos teniendo la oportunidad de demostrar nuestra profesionalidad y entrega con nuestra labor diaria, os animo a todos a continuar creciendo profesionalmente y poner en valor la importancia de nuestro trabajo para la salud pública.

Quiero pensar que hoy aún existe en nosotros la esencia de esa enfermera que hace 200 años fue a la guerra de Crimea y se puso al mando de un campo de heridos, a liderar la atención a los heridos y dio vida a lo que es hoy esta profesión.

No puedo dejar de acordarme en estos momentos de mi familia de enfermeros, de mis padres, y sobre todo de mi mujer y mi hija que me han dado cada día al llegar a casa, la dosis de cariño necesaria para poder superar estos difíciles días.

Ahora toca mirar hacia adelante, sin miedo pero con prudencia, planificando en lugar de reaccionando y si vuelve una segunda oleada, ya sabemos cuál es el camino y estamos preparados.

Carlos Marín, Jefe de Enfermería del Hospital Cruz Roja de Córdoba, homenajea a todos...