miércoles. 24.04.2024

Adrián Martínez abrazó por última vez a su hijo Gabrielle Pablo en noviembre de 2021, cuando el pequeño tan solo tenía tres meses de edad. A partir de ahí comienza el infierno para Adrián Martínez, este padre cordobés que vive una separación forzosa con su bebé desde que su madre, Anna Ferrara, se lo llevó a Italia, sin previo aviso, ni dar señales de vida cuando se estableció allí. La última vez Adrián pudo ver a su hijo, fue el pasado 15 de agosto, mediante una videollamada.

Hasta ese momento, la última comunicación con su expareja había sido en diciembre del pasado año, cuando le mandó un mensaje para decirle que quería ver a su hijo y dónde estaba. La madre, ante la sorpresa de Adrián, le contestaría con una foto del bebé y le dijo que si quería saber de ella, sería a través de sus abogados y que si seguía enviándole mensajes lo denunciaría por acoso.

Para entender como llega esta pareja a este punto crítico nos tenemos que situar en noviembre de 2019 cuando Adrián, que trabajaba en España, conoció a Anna, que estaba en Córdoba de Erasmus. Ambos comenzaron una bonita relación, Adrián buscó otro trabajo y ambos se asentaron en casa de los padres del cordobés, quedando Anna embarazada.

El joven Gabrielle Pablo nació el 14 de agosto de 2021, en Córdoba, y fue un mes después cuando la situación de pareja se volvió completamente insostenible, hasta el punto de que él decidió que acabase la relación. Al carecer la madre de ingresos, le alquilaron el piso de enfrente, para que siguiese cerca del pequeño. "El niño estaba siempre en mi casa, conmigo o con mi madre desde el día en que nació", apunta.

Desaparición y Paradero Desconocido

Tras un mes de llegar a un acuerdo verbal para que el bebé estuviese un día con cada uno, Anna, a sus 23 años, volvió a su país junto al pequeño sin dar señal alguna a su expareja de donde estaba, alejando de su lado al pequeño Gabrielle Pablo. Sin ir más lejos, Adrián ha acudido varias veces a Italia en los últimos meses  "no para ver al niño porque yo no sabía donde estaba, sino para ir a los juicios". 

El ghosting realizado por Anna a Adrián era palpable, siendo una dura carga psicológica para el padre cordobés, que no podía ver a su hijo, sin saber donde está realmente, con su expareja ignorando sus correos electrónicos y mensajes. "Psicológicamente he estado fatal; ahora, gracias a Dios, he mejorado dentro de lo que cabe gracias a mi familia y mis amigos", explica Adrián. "La cantidad de dinero que llevo gastado, los viajes que he hecho y el daño interior que tengo no hay nada en el mundo que lo pueda reemplazar; y sobre todo el daño que le están haciendo a mi hijo porque lo están privando de tener una figura paterna", lamenta este cordobés de 28 años. "Yo no quiero que el niño sufra", resalta Adrián.

Finalmente, tras pasar por los tribunales italianos, el juez le ha dado la razón al cordobés protagonista de esta dura historia. Podrá tener de vuelta en sus brazos al pequeño Gabrielle Pablo, pero con un requisito, la manutención económica hacia su expareja Anna, ya que ella carece de autonomía económica cuando vuelva a España. Una decisión algo "surrealista" fruto de que "Italia protege mucho a sus ciudadanos".

La situación parece haberse aliviado un poco, pero Adrián sigue sin ver a su hijo en persona, solo ha podido verlo en videollamada desde agosto, y cuando su madre ha querido. Para solucionar esta situación, se celebrará en Córdoba  un juicio por guardia y custodia para el que no hay fecha porque "la notificación que le mandaron en abril no le ha llegado, ya que la dirección que ella ha aportado no es donde está viviendo". 

"Solo pido la custodia entera para mí porque ella me está negando ver a mi hijo y eso yo no lo hubiera hecho en la vida porque sé que mi hijo tiene que tener un padre y una madre dejando de lado nuestros problemas", señala Adrián. "Cuando sea mayor, que él decida con quién quiere estar", apunta.

El calvario de un padre cordobés por recuperar a su hijo de 13 meses cuya madre se...