jueves. 28.03.2024

Un bulo casi provoca que un bar del municipio de Santaella (Córdoba), el Bar de Mou, cierre. Dicho bulo se basaba en que tres integrantes del personal del bar estaban contagiados por COVID-19. Todo comenzó cuando se conoció que una vecina de Montalbán, un pueblo de apenas 12 kilómetros de distancia de Santaella, había dado positivo en la enfermedad y tenía contacto con una de las personas que trabajan en el Bar de Mou.

El rumor que aseguraba que el personal del bar estaba contagiado se difundió rápidamente por el municipio de Santaella en la mañana del pasado miércoles. Tan rápido que el establecimiento, que cuenta con envío a domicilio, experimentó un gran descenso de su número de entregas de comida rápida. Un descenso llegó hasta el 60% los pasados jueves y viernes. Rafael Vera, uno de los propietarios del bar explica que el bulo les costaba dinero y que estaban muy preocupados por si no podían volver a la normalidad.

Incluso se llegó a rumorear también que la abuela de los propietarios estaba enferma con COVID-19 y que los nietos llevaban a cabo un delito contra la salud pública al continuar desempeñando su trabajo en el bar si estaban contagiados con el virus SARS-CoV-2. Los propietarios del Bar de Mou son Rafael Vera, Antoñi Vera, que es su hermana, y Beatriz Palacios, que es la esposa de Rafael y la persona que tenía contacto con la vecina de Montalbán.

Tal fue la situación que se provocó que los tres decidieron hacerse las pruebas PCR para demostrar que lo que se difundía era mentira. Los tres se desplazaron hasta un centro privado de Córdoba y se realizaron las pruebas. Una pruebas que les costaron 150 euros por cabeza lo que suma un total de 450 euros las cuales les dieron negativo de resultado. Según declaraciones de Rafael: "No han aparecido ni anticuerpos", lo que significa que ni siquiera han pasado por la enfermedad.

Lo más llamativo es que a Beatriz no formaba parte de los rastreadores operativos que existen en Montalbán porque su contacto con la vecina contagiada se había dado unos días antes de que esa persona diera positivo. Lo que más sorprendía a Rafael era cómo sin conocer si esa información que se propagaba era cierta había personas que se lo creían y lo afirmaban. Según explica el propietario del Bar de Mou: "La gente lo afirmaba sin saberlo y amigos de confianza lo han escuchado en las tiendas".

Sin embargo, parece que todo vuelve a su cauce. Los desayunos, las cervezas del mediodía, los montados y las diferentes comidas que se sirven en el bar vuelven a tener su clientela habitual. Lo que demuestra este hecho que ha ocurrido en Santaella, en concreto en el Bar de Mou, es que, aunque parezca mentira, una noticia falsa puede arruinar el negocio de una familia. Un negocio que en tres meses celebrará su segundo aniversario. José Álvarez, alcalde de Santaella considera que este bulo "ha de servir para darnos cuenta del daño y la desprotección" que pueden ocasionar los rumores falsos. Nos debe servir para entender que solo debemos compartir las informaciones que difunda un medio o una institución con autoridad, que solo creamos en las informaciones que publiquen las administraciones públicas.

El personal de un bar de Santaella se ve obligado a hacer públicos sus negativos en las...