sábado. 07.12.2024

El Hospital Universitario Reina Sofía, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) han instalado este jueves una mesa informativa en la Plaza de Las Tendillas para hacer un llamamiento a la ciudadanía sobre la importancia de la prevención y protección de la salud masculina. Como cada año, el hospital aprovecha el mes de noviembre para recordar, en el marco de Movember, la necesidad de tomar conciencia sobre las patologías que más afectan a los varones por el hecho de serlo. Una de ellas es el cáncer de próstata, que supone más del 20% del total de casos de cáncer, excluyendo el de piel no melanoma. Concretamente, la incidencia se sitúa por encima de los 100 casos por cada 100.000 habitantes y afecta sobre todo a hombres a partir de los 45 o 50 años.

Así lo han puesto de manifiesto esta mañana profesionales sanitarios, autoridades y artistas que han querido sumarse a esta campaña que incide en los factores de riesgo como la genética, la edad o la raza negra, que deben hacernos estar vigilantes. El hospital y la AECC han instalado una mesa informativa con bigotes (imagen de esta campaña) y un photocall en el centro de la ciudad para que la población pueda también sumarse a la difusión subiendo su foto a las redes con el #BigotesContraElCáncer.

El alcalde de la ciudad, José María Bellido, la delegada de Salud y Consumo, María Jesús Botella, el director gerente del hospital, Francisco Triviño, el director de Salud del Distrito Córdoba y Guadalquivir, José Manuel Recio, el director general del Córdoba CF, Antonio Fernández, el gerente y el director de la Orquesta de Córdoba, Roberto Palmer y Salvador Vázquez, respectivamente, artistas, colegios profesionales, investigadores y profesionales sanitarios del hospital han acudido a esta cita y  han posado con los bigotes símbolo de esta campaña que, entre otras patologías pone el foco en el cáncer de próstata. Cada año, el Hospital Reina Sofía detecta más 250 nuevos casos, realiza 1.250 consultas de pacientes con sospecha de presentar esta patología y practica unas 500 biopsias. 

Avances 

La incorporación de la cirugía robótica; la biopsia por fusión; la suma de tecnología de altas prestaciones como la RM o el PET, que ofrecen nuevos trazadores no sólo para el diagnóstico, sino también para detectar una posible recidiva; los tratamientos de gran precisión que se ofrecen en Oncología Radioterápica (que realiza cada año unos 300 procedimientos dirigidos, ya sea con intención curativa o complementarios a una prostatectomía) gracias a los aceleradores lineales de alta gama y a la utilización de la imagen guiada por ecografía, que permite monitorizar el movimiento de la próstata durante la irradiación, entre otros. Todos ellos son avances que se han incorporado al tratamiento de estos pacientes en los últimos años, aunque aún quedan muchos retos en el camino, como el avance en la incorporación de la terapia focal.

Los especialistas explican que todas estas acciones han ayudado a obtener diagnósticos más ajustados y precoces, a disminuir las sesiones de tratamientos, el número de biopsias, a ofrecer opciones personalizadas y nuevas posibilidades en determinados pacientes con enfermedad no localizada a homogeneizar el manejo del paciente en toda la provincia, entre otras cuestiones.

Prevención y diagnóstico 

El jefe de Urología del hospital, Pablo Campos, ha señalado que, aunque hay factores sobre los que no se puede influir (raza o genética), “sí tenemos en nuestra mano la posibilidad de tomar determinadas decisiones como el estilo de vida saludable o las revisiones rutinarias que se realizan en Atención Primaria, que ayudan al diagnóstico precoz de la enfermedad, lo que nos ayudará a iniciar antes tratamientos encaminados a la curación”.  Una de las principales acciones que se realizan en Atención Primaria es la determinación del PSA (antígeno prostático específico), una proteína que producen las células de la próstata (benignas y malignas), ya que este tumor no suele presentar síntomas. “Los resultados de este análisis, que se realiza a partir de los 50 años aproximadamente, indicarán la necesidad de derivar al paciente al servicio Urología del Hospital Reina Sofía, ya que un valor elevado puede estar relacionado con la presencia de un cáncer de próstata”, señala el doctor Campos. Y, aunque esta determinación aún no está establecida de forma sistemática como programa de cribado, sí que se ha establecido como un objetivo por la comisión europea para el 2026.

Si el paciente es derivado a Urología, el equipo realizará un estudio personalizado del paciente junto con el resto de especialidades implicadas en la detección y diagnóstico de este tumor. En esta primera evaluación se tienen en cuenta multitud de factores como la edad, la elevación del PSA, la raza, etc. En función de los resultados, el paciente puede ser atendido por Radiodiagnóstico (a través de la realización e informe de imágenes de Resonancia Magnética, que se utilizará para guiar en cooperación entre Radiología y Urología la biopsia –biopsia con fusión- o para planificar la cirugía si finalmente es necesario); Medicina Nuclear (para la realización de pruebas como el PET o la Gammagrafía) para el estadiaje. Después, interviene Anatomía Patológica (analizando el tejido prostático extraído de la biopsia para su estudio, que determinará la existencia o no de células tumorales y la gradación de las mismas).

Una vez confirmada la existencia de enfermedad y su alcance, se acuerda con el paciente el tratamiento más adecuado, que puede variar desde la vigilancia a otras intervenciones como la radioterapia, la cirugía o el uso de fármacos. El equipo de especialistas establece en cada caso un plan de tratamiento personalizado, dependiendo de la agresividad de las células, del estadiaje del cáncer, etc. “En este proceso se promueve la implicación del paciente en la toma de decisiones, pues en ocasiones se dispone de diferentes opciones de tratamiento para un mismo caso. Igualmente, distintos tratamientos pueden ser complementarios o secuenciales para conseguir un mejor control de la enfermedad”, ha explicado el jefe de Urología. Los tratamientos varían desde la cirugía (prostatectomía radical con o sin vaciamiento ganglionar, donde intervendrá de nuevo Anatomía Patológica para estadificar el cáncer, determinar si la resección ha sido completa y valorar ciertos factores pronósticos según la histología del tumor), radioterapia o fármacos o combinaciones de los mismos. 

No obstante, hay que seguir avanzando en el conocimiento de este tumor en cuyo tratamiento se ha progresado mucho en las últimas décadas. Según Pablo Campos “La evidencia nos ha ido marcando el camino de selección de pacientes para ampliarles las opciones de tratamientos con intención curativa, es decir, en la actualidad es frecuente ofrecer, en determinados casos, más de una actuación con intención curativa, que puede ser simultánea o secuencial”. Otro de los ejemplos que señala es la posibilidad de ofrecer al paciente con un tumor de bajo riesgo, la opción de la vigilancia, “evitando así los efectos secundarios de otras opciones más agresivas como la cirugía o radioterapia”. 

Precisamente este el caso de Francisco Piedras, que también ha compartido hoy su testimonio animando a participar activamente en las analíticas rutinarias, ya que, en su caso, fue el resultado del PSA alto lo que propició que en estos momentos se encuentre en seguimiento activo, sin medicación, pero con el control rutinario “que te da tranquilidad y te garantiza que puedes tomar la decisión de otro tratamiento en cuanto la situación varíe”. 

Investigación

La investigación es la otra gran línea de trabajo frente a este tumor del que se desconocen las causas. El doctor e investigador del IMIBIC, Raúl Luque, ha explicado que “en Córdoba, gracias a IMIBIC, esta actividad se ha incrementado notablemente durante los últimos años, lo que supone acercar los tratamientos más novedosos a la población de referencia”. En estos momentos, hay activos numerosos proyectos de investigación y ensayos clínicos en todos los escenarios de la enfermedad desde el diagnóstico hasta numerosos ensayos terapéuticos en los estadios de enfermedad avanzada. 

Muchos de estos trabajos estudian nuevos marcadores para realizar un diagnóstico más preciso y precoz, así como la mejora delas técnicas diagnósticas de imagen y de los tratamientos. Cabe destacar el logro de la financiación de un proyecto desde el Ministerio de Sanidad en la convocatoria de 2022 de la Acción Estratégica en Salud 2021-2023, de subvenciones de proyectos de I+D+i en Salud en relación a biomarcadores proteicos y radiómica con resultados muy prometedores presentados en reuniones internacionales y publicados en revistas científicas próximamente.

También destacan estudios y grupos colaborativos multicéntricos, algunos liderados desde Córdoba, y que están relacionados con marcadores, imagen para el diagnóstico y nuevos tratamientos dirigidos. En el campo de los ensayos clínicos, Córdoba desarrolla un importante trabajo a través de las diferentes disciplinas implicas en el abordaje de este tumor. 

Movember: atención en la protección de la salud masculina