Donar órganos es una de las prácticas más solidarias y bonitas de la vida, no hay nada más puro y sincero que entregar, literalmente, parte de tu ser para que otra persona pueda seguir viviendo. Aliana Deveza solo tenía 19 años cuando su madre necesitaba un trasplante urgente de riñón para poder seguir con vida. Los médicos descartaron que la joven pudiera ser la donante, pues temían que la enfermedad pudiese ser hereditaria.
Con su madre necesitando un riñón, y la impotencia de no poder salvarla ella misma, Aliana se puso manos a la obra a buscar una solución, empezando por la búsqueda de otro donante. En dicha búsqueda descubrió que también se puede donar parte del en vida hígado en vida, por lo que buscó una familia que necesitase dicho órgano para comenzar su plan.
En Estados Unidos, este tipo de donaciones no tiene por qué ser anónimas, por lo tanto, no paró hasta encontrar a un hospital que le facilitase encontrar un posible receptor de hígado y donante de riñón para su madre. Es decir, el primer intercambio de órganos entre pacientes no emparentados de la historia del país, según informa la BBC. Esta solución no habría sido posible en países como Alemania, donde las leyes sobre trasplantes de órganos son diferentes, impidiendo que se hagan trasplantes de órganos en vida a pacientes que no son familiares.
De esta manera, tras algunos días de búsqueda intensiva, Aliana encontró a dos hermanas que estaban dispuestas a participar en el intercambio propuesto por la adolescente que quería salvar a su madre, gracias a la ayuda de John Roberts, cirujano de la Universidad de California en San Francisco.
Finalmente, una de las hermanas recibió parte del hígado de Aliana, mientras que la otra le donó su riñón a la enferma madre de nuestra protagonista, salvando así su vida. Erosalyn, madre de la joven pudo de esta manera curiosa salvarse de una muerte prematura por una enfermedad renal, pues, el amor de una hija hacia su madre no lo superan ni los trasplantes de órganos.
