viernes. 19.04.2024

Franceso Bruno, un niño de Chicago, Estados Unidos, pasó sus primeros 1.000 días de vida en diversos hospitales, pero por fin pudo irse a casa. El pequeño que cumplirá tres años en diciembre sólo ha conocido el interior de centro médicos al tener la necesidad de utilizar ventiladores para respirar y estar conectado a diversos tubos para poder comer.

El menor tiene una condición genética que afecta a sus huesos y músculos, la cual puede ser potencialmente mortal. Se le diagnosticó con una forma rara de displasia esquelética, que dificulta el crecimiento adecuado de sus pulmones al afectar específicamente sus costillas. A pesar de necesitar atención medica permanente, este martes todo ha cambiado.

“Estamos muy felices y nerviosos, llenos de alegría. Es un crisol de emociones”

Sus progenitores cuentan que Francesco ha sido un verdadero guerrero y luchador. "Cuando iba a nacer nos dijeron que solo viviría 30 minutos. Es realmente un milagro que esté con nosotros hoy", comenta Priscilla, la madre del niño.

Al haber estado en cuatro hospitales de tres estados diferentes del país, los médicos que le han atendido este tiempo celebran también su salida y evolución positiva. De igual forma, esto no indica que estará exento de desafíos en casa, por lo que sus padres han realizado cursos de formación en Enfermería para estar capacitados para responder a sus necesidades.

Francesco consigue el alta tras pasar sus primeros 1.000 días de vida en hospitales